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ARTÍCULO TÉCNICO
SMART
City
U
na ‘smart city’ utiliza las
tecnologías de la informa-
ción de manera más inten-
sa, pero no solo para conectar los di-
ferentes componentes de la gestión
urbana, sino también para involucrar
a los ciudadanos en su desarrollo y
en la correcta aplicación de sus ser-
vicios. Los desafíos a los que se en-
frentan los gobiernos locales respon-
den a las nuevas tendencias del siglo
XXI: movilidad, sostenibilidad, segu-
ridad, privacidad, transparencia, efi-
ciencia y energía.
El concepto que hoy tenemos de
ciudad inteligente abarca muchos
más factores, protagonistas e intere-
ses de los que contemplábamos hace
tan solo una década: gobierno, edu-
cación, seguridad, salud, economía,
energía, residuos... Todos son críti-
cos en la vida urbana y tienen que ser
abordados como un único reto.
En Ámsterdam lo han entendido y
desde el año 2009 trabajan en plata-
formas que implican a las administra-
ciones públicas, las instituciones de
investigación, las empresas y los ciu-
dadanos. Uno de estos proyectos ha
sido denominado “Barrio sostenible”:
viviendas al oeste de la ciudad equi-
padas con contadores inteligentes y
sistemas de información que permi-
ten a los residentes ser más conscien-
tes del uso que hacen de la energía.
En Estrasburgo, Thales ha construi-
do una red de transporte integrado
que cuenta con más de 800 puntos
de control. Esto nos permite dar indi-
cadores de flujo de tráfico, dotando a
los controladores de las herramientas
necesarias para priorizar el transpor-
te público y mejorar así la circulación.
Ambos esquemas son intuitivos,
funcionan en tiempo real y son flexi-
bles. No queremos crear ciudades
con un orden establecido, sino ciuda-
des que puedan evolucionar e inte-
ractuar con el entorno.
Chicago comparte muchos de los
desafíos a los que se enfrentan las
grandes áreas urbanas: ineficiencias
en transporte, presión sobre los re-
cursos y un mal sistema público de sa-
lud en las zonas desatendidas. Es en
este último área donde las autorida-
des de Chicago han centrado sus re-
cientes esfuerzos. La iniciativa ha in-
volucrado, principalmente, al depar-
tamento de Salud Pública y al depar-
tamento de Innovación y Tecnología,
con el objetivo de que los socios lo-
cales identifiquen datos relacionados
con los establecimientos de comida y
sus ubicaciones.
Los datos recogen violaciones del
código de construcción, la cadena de
suministro, las quejas que llegan a las
autoridades sobre la calidad de los ali-
mentos, comentarios en redes socia-
les, la densidad de población de cada
barrio, un histórico de denuncias de
otros establecimientos con el mismo
propietario, etc.
Toda esta información se utiliza
para crear un “
risk score
” o puntua-
Movimientos inteligentes
Miguel Moratalla
Director comercial transporte. Mercado nacional. Thales España.