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FACILITY
Services
OPINIÓN
R
ecientemente, una de nues-
tras ciudades más punteras
acogía el
Mobile World Con-
gress
, batiendo todos los récords
de asistencia con 93.000 visitantes.
Cuatro días en los que la capital ca-
talana se convirtió en el centro de
todas las miradas y punto de refe-
rencia en la presentación de nuevas
propuestas tecnológicas que marca-
rán, probablemente, nuestros hábi-
tos en los próximos años.
Sin embargo, Barcelona no sólo es
el espacio donde se reúnen anual-
mente diferentes gurús de las TIC,
sino una ciudad que lleva tiempo tra-
bajando para incluir en su estrategia
urbana el desarrollo social y tecno-
lógico. Ejemplo de ello es que en el
Ayuntamiento cuentan en su estruc-
tura con la figura de un
Smart City
Business Development
o que en sus
calles han instalado ya sensores que
analizan la calidad del aire, miden el
ruido, controlan el aparcamiento o
actúan como mecanismo de ilumina-
ción inteligente.
Vemos, pues, que no hace falta irse
hasta Nueva York, Londres, París, To-
ronto o Viena para conocer de cerca
lo que los
rankings
mundiales conside-
ran una Smart City. En nuestro país,
otros municipios como Málaga, San-
tander, Madrid y San Sebastián tam-
bién han empezado a implantar me-
didas para convertirse, poco a poco,
en ciudades del futuro que tienen por
objetivo ser más productivas, más in-
clusivas y más sostenibles. Para lo-
grarlo resulta clave que tanto la em-
presa pública, como privada, apues-
ten por la innovación, la captación de
talento y la gestión eficiente de los re-
cursos, pero sin olvidar que la ciudad
y la tecnología deben estar al servicio
de las personas.
En este nuevo modelo de gestión
urbana, se hace palpable la necesi-
dad de contar con aliados estratégi-
cos capaces de ocuparse de forma
económica y socialmente respon-
sable de áreas como el acondicio-
namiento, la gestión de residuos, la
movilidad, el control de suministros,
la atención al ciudadano o el mante-
nimiento de zonas verdes. Las ciuda-
des del mañana necesitan una ges-
tión responsable de servicios que
empresas de Facility Services y Faci-
lity Management, especialmente sen-
sibles a este aspecto, puedan ofre-
cer, como es nuestro caso.
La compañía y la Smart City
Sifu trabaja para dar respuesta a las
necesidades de una urbe de mane-
ra eficaz, optimizando recursos e in-
corporando la tecnología a través de
la tecnificación de procesos o la im-
plementación de maquinaria espe-
cífica, así como respetando el me-
dio ambiente y marcando el progre-
so como un punto básico, pues eva-
luamos constantemente nuestros
servicios con el objetivo de introdu-
cir mejoras. Pero, además, nuestro
ADN nos permite ir un poco más
allá y encajar la tecnología y la soste-
nibilidad con la inclusión a través de
la contratación de personas con dis-
capacidad.
De este modo, contribuimos a la
integración de diferentes colectivos
de la ciudadanía en el tejido produc-
tivo, pero también cumplimos con
una de las premisas de las ciudades
inteligentes, que es la de conectar a
toda la ciudadanía, sin exclusiones, al
entorno urbano, ayudando a crear
ciudades con calidad de vida también
para el colectivo de personas con di-
versidad funcional.
Coches eléctricos, turismo soste-
nible, productos de km 0… Nues-
tra manera de vivir las ciudades está
cambiando y, junto a los nuevos há-
bitos tecnológicos, cada vez más, el
ciudadano, como consumidor, tien-
de a preferir valores que productos
simplemente. Por eso debemos ser
conscientes de que el futuro de nues-
tras poblaciones está en optar por
una gestión socialmente responsable
y competitiva.
Smart Cities socialmente responsables
Jon Patxi Lerga Zalduondo
Director general de Grupo Sifu
Resulta clave que tanto la empresa pública, como
privada, apuesten por la innovación, la captación
de talento y la gestión eficiente de los recursos, sin
olvidar que deben estar al servicio de las personas