

24
EFICIENCIA Y SOSTENIBILIDAD
CAFÉ DE
Redacción
inversión sí que incorporan este ámbi-
to, y en la adquisición de activos, en la
evaluación técnica, en la actualidad ana-
lizamos su eficiencia energética, su valo-
ración, e impacta en el propio valor del
precio del activo”.
Retomó Muñoz su argumento so-
bre el factor humano. “Es fundamen-
tal, cuanto más sepan, cuanto más lean,
mejor. Nosotros gestionamos polide-
portivos y eso es un ‘aguajero negro’
de energía. En estas instalaciones, in-
fluye la gente, los hábitos que cambian,
el comportamiento, la educación son
clave. Cada actividad particular conta-
mina”, concluyó.
Otro caso de éxito es el que nos
presentó Antonio Bueno:“Estoy traba-
jando en colegios, utilizando a los ni-
ños porque este público funciona. El
ejemplo está en las campañas de re-
ciclaje; son vehículo conductor”. El
proyecto, aún pendiente de comen-
zar, persigue indagar en cómo los ni-
ños influyen en sus propias casas, en
sus familias. Quieren ver si “esa for-
mación de los niños es capaz de aho-
rrar en cada casa, es decir vamos a ver
cuál es el impulso que dan esos niños,
y así comparar qué acciones son las
que provocan ese cambio, mediante la
educación”. Igualmente comparar qué
ocurre en las familias donde los niños
no reciben esa sensibilización hacia la
eficiencia energética.
Diego Gil también sumó la idea de
la generación de empleo que posibili-
ta el sector. “Hay un nicho donde te-
nemos mucho que hacer, generando
empleo y encima creando sensibilidad,
personas educadas en este sentido”.
Papel ejemplarizante
Jaime Briales, como responsable del
grupo cinco de energía de la Red Es-
pañola de Ciudades Inteligentes, RECI
-desde esta perspectiva-, señaló que
las ciudades están claramente encami-
nadas hacia el concepto de Smart City
y trabajando sobre la eficiencia ener-
gética, aunque con mucho margen de
mejora, “pero eso sí con las ideas cla-
ras”. Evidentemente, “dependerá de
cada ciudad y de su tamaño. Es algo
que está totalmente generalizado des-
de los gestores y los políticos munici-
pales. El caso más claro es la gran can-
tidad de poblaciones de toda índo-
le que han apostado por mejorar el
alumbrado público, y el porcentaje de
gasto de éste es creciente cuanto me-
nor es el municipio. Una ciudad como
Málaga tiene una luminaria por cada
10 habitantes; hay poblaciones que
tienen más farolas que habitantes. No
creo que haya un ayuntamiento que
no esté trabajando en materia de efi-
ciencia energética”.
De la misma manera, Diego Gil in-
sistió en que, “al ser un sumidero de
gastos es un tema prioritario y sí se
está trabajando en ello. No creo que
haya ninguna ciudad que no aplique
medidas en este sentido”. Matizó, en
cambio, entre limitarse a reducir cos-
tes o si se va más allá. “Hay datos que
se pueden aplicar con inteligencia y
mejorar las políticas de la ciudad”.
Briales, de hecho, transmitió la pro-
pia experiencia de Málaga, cuya es-
trategia en este sentido, ha permitido
transformarla en un ciudad laborato-
rio, donde la empresa privada y la Uni-
versidad pueden trabajar de la mano
del Ayuntamiento y utilizar el espacio
público para probar nuevas tecnolo-
gías, realizar mediciones, proponer ini-
ciativas a los ciudadanos , etc., de tal
manera que las mejoras y las conclu-
siones son aplicativas.
Sin duda, como apuntó Antonio
Bueno, la luz tiene una influencia rele-
vante en la persona, tanto en interio-
res como en exteriores. Por tal motivo,
es que reivindicó el “apellido inteligen-
te”. Así, “el concepto de inteligencia
es dotar unos perfiles de temperatu-
ra cromática, calidad, uniformidad, ni-
veles aceptables de iluminación pero
no es ‘café para todos’”. Porque no es
lógico esa inversión aplicando la igual-
dad en todas las zonas de una ciudad,
habrá que hacer distinciones en zonas
de playa, de gran actividad, de turismo,
“que para eso están los planes de or-