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indicó. El contrato de resultados faci-
lita controlar el resultado, existe una
gestión global porque está planifica-
do, y permite un posible contrato de
varios años con más equilibrio, según
Elízaga; quien además aseguró que,
“se ofrece un sistema de calidad y
se dispone de personas cualificadas”.
Con el contrato de medios aunque se
asume un riesgo, prima el control y la
reducción de los costes de la empre-
sa proveedora, pero no se piensa en
términos de eficiencia.
Este contrato ha ido evolucionan-
do hacia el contrato de servicios
energéticos. Elízaga explicó a la sala
quienes son estas empresas energéti-
cas, las ESEs, y las distintas formas de
contratación que pueden darse, mu-
cho más alineado este modelo con el
contrato de resultados y la visión del
FM, “provocando mayor confianza en
la relación proveedor-cliente”. En de-
finitiva, la consecuencia de este mo-
delo es que las inversiones las eje-
cuta la ESEs, que se financia con los
ahorros conseguidos; al cliente no se
le incrementa el precio; hay una ma-
yor duración de los contratos; y, ade-
más, sin reducir el confort se redu-
ce el consumo de energía. El clien-
te controla sus consumos y traslada
su responsabilidad atendiendo solo a
su
core business
. “El FM plantea que
to Integral y Servicios Energéticos
(AMI) y el presidente de la Asocia-
ción de Empresas de Servicios Ener-
géticos (ANESE), el encuentro reco-
gía una de las áreas más relevantes en
la gestión de los inmuebles.
De fondo el gasto, sobre la mesa el
contrato de medios frente el contrato
de resultados. José Andrés Elízaga, de
AMI, indicó cuál es la principal diferen-
cia de ambos contratos, por qué uno
incentiva la mejora de la eficiencia de
las instalaciones y el otro tan solo “su-
pone poner un personal a disposición
de la empresa, así como unas herra-
mientas o materiales” (esto es el con-
trato de medios). Con el contrato de
resultados el proveedor del servicio
“invierte en formación, para mejorar
la calidad y el servicio, y el cliente su-
pervisa unos indicadores, a través de
los cuales se miden los servicios que
se van a prestar; los SLAS aquí tienen
sentido”, comentó.
En conclusión, el contrato de me-
dios tiene una dificultad clara para
presupuestar los términos del gasto,
el cliente asume riesgos; “y, curiosa-
mente, este modelo aún sobrevive”,
dores que un Facility Manager tiene
que manejar para aportar a la empre-
sa para la que trabaja algo más que el
ahorro por el ahorro. El gran reto del
sector sería, según el ponente, “ser
capaces de dar valor al impacto que
tiene el trabajo del los Facility Mana-
gers (Fmgers) en la empresa”; sobre
todo, cuando el panorama está plaga-
do de una feroz competencia, cuan-
do el precio es un criterio de valora-
ción demasiado relevante y donde es
necesario apostar por la innovación
y renovar la tecnología. También co-
mentó que tanto en el escenario pri-
vado como en el público -aunque aún
está muy lejos de las buenas prácti-
cas del sector privado- las necesida-
des son las mismas: formación,
net-
working
, proyección de los profesio-
nales y de las compañías,
Research
(es
necesario analizar y conocer los da-
tos), foros e innovación. “Y salir de la
zona de confort, entrar en proyectos
que necesiten retos extraordinarios”.
Servicios energéticos
Con el vicepresidente de la Asocia-
ción de Empresas de Mantenimien-
De izquierda a derecha: Rafael Herrero (ANESE), Pedro García (IFMA), José
Andrés Elízaga (AMI) y Paloma Melendo (revista FM&S).
David Martínez experto en
Normativa Europea en FM.