Durante décadas, los sensores han tenido la función de proveer los datos que requieren los BMS para gestionar la operación de las instalaciones. No obstante, los BMS se concibieron inicialmente para automatizar y controlar sistemas electromecánicos. Solo en los últimos años los distintos sistemas de control y monitorización de los edificios se han integrado en plataformas IoT permitiendo un análisis holístico de los inmuebles.
Utilizar sistemas ad-hoc que integran plataformas IoT y BMS es una buena solución para, además de mantener el control de las instalaciones, realizar una gestión de activos basándose en datos medidos (por ejemplo, uso de energía en relación a la utilización de los espacios). Sin embargo, es una solución engorrosa y cara.
Por otro lado, imaginemos que los dispositivos sensorizados se conectan por sí mismos a Internet. Por tanto, los sistemas de gestión empresariales disponen ‘de primera mano’ de toda la información necesaria para confeccionar los cuadros de mando que soportan la toma de decisiones. Esto ya es posible apoyándose en la red 5G.
Ahora es tremendamente sencillo conectar a Internet decenas de miles de dispositivos inalámbricos en los edificios (el segmento del IoT masivo 5G se basa en estándares como NB-IoT), por lo que esto ha democratizado el acceso en tiempo real a las mediciones en los inmuebles. Esto permite, por ejemplo, que los actuales sistemas de gestión cognitivos puedan auscultar directamente el edificio y transformar los datos en información útil para, una vez integrada con el resto de lo compilado sobre el inmueble (como el grado de ocupación, los servicios activos, los SLAs, el comportamiento de los residentes, etc.), obtener una visión más profunda de la eficacia operativa.
También hay que destacar la capacidad de las redes 5G para crear a demanda canales de comunicaciones virtuales seguros y exclusivos en los que el operador garantiza ciertas propiedades como el ancho de banda o la latencia (esto se conoce como Network Slicing).
Así, por ejemplo, 5G puede proporcionar conectividad a extensas redes de smart meters (medidores inteligentes) y, al mismo tiempo, proporcionar otros slices (particiones) que ofrecen, por ejemplo, servicios de realidad aumentada, vídeo 8K o simplemente teleasistencia online especializada.
La conectividad 5G es una tecnología altamente optimizada para IoT
En particular, los protocolos de comunicaciones específicos para IoT (NB-IoT o LTE-M) en 5G permiten que los dispositivos conectados solo usen las redes móviles una fracción de tiempo, por lo que pueden funcionar con las baterías actuales durante mucho más (semanas, meses e incluso años). Así, por ejemplo, los localizadores asociados a objetos que ahora usan 4G y que tienen que recargarse cada pocos días, con 5G, estos mismos localizadores podrán estar disponibles durante semanas sin recarga.
Ahora bien, quizás lo más relevante para IoT es que, con el despliegue de las redes 5G, no es necesario conectar los dispositivos de los edificios a la red WiFi (una tecnología poco eficiente y que conlleva una configuración no exenta de problemas y un mantenimiento costoso). Los dispositivos conectados a redes 5G son energéticamente más eficientes (no requieren estar permanentemente conectados como ocurre actualmente con los dispositivos WiFi), por lo que podremos tener conectados termostatos, cámaras, cerraduras o cualquier otro dispositivo inmótico alimentados incluso con baterías.
5G + IoT ya está disponible
El pasado mes de julio Vodafone comenzó el despliegue de la red 5G en Madrid y Barcelona. Además, el resto de las operadoras ya han anunciado que dispondrá del servicio antes de fin de año. Por lo tanto, ha llegado el momento de pergeñar una estrategia IoT sobre 5G en la organización. Ahora, los gestores de los inmuebles pueden disponer de información permanente sobre el estado, la condición y la utilización de sus inmuebles. De este modo, pueden comprender y predecir mejor el comportamiento de los edificios en aspectos como el confort térmico, la iluminación, la acústica, los flujos de personal, las tasas de utilización de los espacios, etc., lo que revolucionará la gestión de la operación y el mantenimiento de los inmuebles.
Sin embargo, la hoja de ruta tiene que establecerse no sin antes diseñar una estrategia sólida y que realmente aproveche las posibilidades que ofrece la tecnología 5G (por ejemplo, las capacidades de segmentación de red que permiten a las empresas tener sus propias redes 5G autónomas). Además, hay que tener en cuenta que las ventajas competitivas que sin lugar a dudas esta tecnología proporciona solo serán posibles si la organización dispone de sistemas de información conectados que permitan el análisis cognitivo de los datos captados en los inmuebles. Esto es así para, por ejemplo, impulsar eventos automatizados en las operaciones y mantenimiento de los edificios y, sobre todo, implementar acciones oportunas y relevantes que realmente mejoren el confort y seguridad de los residentes.
Con la adaptación gradual del 5G, el Internet de las Cosas, la inteligencia artificial y otras tecnologías como el blockchain, se desarrollarán los edificios (realmente) inteligentes
En definitiva, los FM deben considerar que IoT y 5G están íntimamente ligados. De hecho, podríamos decir que, con la adaptación gradual del 5G, el Internet de las Cosas, la inteligencia artificial y otras tecnologías como el blockchain, se desarrollarán los edificios (realmente) inteligentes. Quizá pueda sonar exagerada esta afirmación si pensamos a corto plazo, pero no en un futuro cercano, cuando presumiblemente vayamos a tener miles de millones de dispositivos IoT distribuidos e interconectados en edificios repartidos por todo el mundo.