Podemos afirmar que el sector de las oficinas está viviendo en la actualidad un gran cambio. Nos encontramos en el periodo de “retorno definitivo” tras la pandemia, como bien nos asegura Francisco Vazquez Medem, presidente de 3g Smart Group.
Antes de la pandemia producida por el Covid-19, hablábamos de las tendencias nuevas que se estaban implantando en el sector oficinas, no solo en España, sino en el ámbito internacional. En líneas generales se estaba pasando de diseñar los espacios e incluso construir los edificios como “grandes contenedores herméticos de granjas de pollos”, con despachos individualizados, donde el que más horas estaba sentado en su puesto era el que más trabajaba, a poner el foco en espacios abiertos, colaborativos, confortables, saludables, y en construir edificios sostenibles, pensados para su uso desde el plano.
Tras la pandemia el salto ha sido exponencial. La palanca es el modelo de trabajo híbrido, que de manera global se puso en marcha tras los confinamientos, gracias a la tecnología, que ya estaba a disposición pero que no se usaba de manera masiva ni generalizada. Solo que, en esos momentos, era todo un experimento, con sus aciertos y errores.
Pasados los meses, la tendencia hacia ese modelo de trabajo híbrido -o, un paso más: flexible- sigue su curso, y sin remedio está impactando en el diseño de espacios de las sedes y oficinas corporativas, pero también se extiende hacia el propio sector de la edificación.
Mark Fenwick, socio director de Fenwick Iribarren Architects, nos comenta que, “nuestros edificios no solo están orientados a la sostenibilidad del planeta, en lo que se refiere a ahorros de energía y agua, reciclaje de materiales, etc., sino también a las personas que habitan esos edificios que diseñamos. Es lo que nosotros definimos con el concepto blue architecture, ya que, a la hora de crear y desarrollar diseños específicos, tratamos de que el foco esté puesto en el bienestar de las personas que habitan o trabajan en esos edificios”.
Sostenibilidad y bienestar o salud son las características que despuntan en estos momentos en el sector de las oficinas, todo ello conjugado con los espacios flexibles. Según el informe Green Office Deficit Index, que realiza la consultora de activos inmobiliarios Savills, en el que se analizan 20 ciudades en todo el mundo, Madrid y Barcelona, con un 26% y un 16% de las oficinas certificadas, respectivamente, figuran entre las diez ciudades con más espacios de trabajo ecológicos. Los expertos de esta consultora apuntan a una creciente demanda de espacios laborales con eficiencia energética, derivado de la subida del precio de la energía, los retos de descarbonización y la competitividad por el talento. Explican que la generación venidera aspira a desarrollarse profesionalmente en espacios sostenibles. Aunque el reto para conseguirlo es aún importante.
Respecto a la salud, la Sociedad Americana de Diseñadores de Interiores (ASID), destacó en un informe de 2020 el peso que ha cobrado, como consecuencia de la pandemia, incorporar en los pasos iniciales del proyecto a profesionales como higienistas y expertos médicos.
Las llamadas zonas comunes de las oficinas, como puede ser un ascensor o el vestíbulo, sin olvidar los aseos, se han convertido en una de las áreas que más preocupan de cara a los diseños. Más del 70% de los encuestados en el informe, sin ir más lejos, destacaron la importancia de estudiar estas partes.
“Ahora la salud es algo fundamental. Antes se hablaba de los healing spaces o tendencias como la iluminación circadiana y el diseño biofílico, pero la pandemia vivida está cambiando las tendencias en el sector y estos diseños son y serán más habituales”, asegura Ana García, arquitecta especialista en diseño de interiores y profesora del área en la escuela de diseño y artes visuales LCI Barcelona.
El planteamiento desde el estudio de arquitectura de Fenwick Iribarren Architects: “Pensar en el diseño pensando en el planeta”, les obliga a aplicar una serie de criterios en sus diseños “que permitan una buena experiencia de uso por parte de sus inquilinos. Es decir, que los edificios tengan una buena luminosidad, buenas dotaciones, buena seguridad, etc. Y, de forma paralela, intentamos que, cuando diseñamos un edificio, ya sea de oficinas, de viviendas o un estadio de fútbol, la construcción aporte algo a la comunidad donde se construye. De igual manera, nos enfocamos en hacer construcciones que tengan un uso acorde con las necesidades, pues de nada vale proyectar grandes edificios si luego se van a terminar convirtiendo en mastodontes fantasmas, sin uso ni utilidad”.
Volviendo a las oficinas, tomamos la reflexión de Francisco Vazquez Medem: “Las oficinas actuales se transforman en HUBs Corporativos, donde las principales funciones son el servir como lugares de encuentro, de relación social, de trabajo en equipo y de aprendizaje, puesto que labores más individuales son las que parece que podemos realizar en otros lugares más convenientes. Espacios de recarga social y cultural”.
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