La combinación de las nuevas tecnologías y la ‘hibridación del trabajo’, es decir la tendencia que nos ha llevado a que la realización de nuestras labores profesionales las desarrollemos en un entorno privado o en un tercer lugar -en algún momento de nuestra jornada laboral-, o que decidamos estar presentes en la oficina oficial de la compañía, ha dado lugar a una nueva forma de gestionar los espacios de trabajo. Esto se aplica en los empleos en los que es posible el ‘teletrabajo’ o trabajo a distancia.
Sin embargo, no queremos hablar solo de oficinas, las tecnologías también han transformado los espacios de sectores cómo el Retail, hospitalario, industria, etc., y no se trata solo de tecnología, el verdadero transformador son los datos.
Los datos están permitiendo mejorar la experiencia de las personas, a la vez que conseguimos otros objetivos estratégicos para la compañía: reducción de costes, productividad, bienestar de las personas, sostenibilidad, etc. En resumen, la gestión de espacios basada en datos mejora la eficiencia, reduce costos, optimiza la experiencia del empleado, promueve la sostenibilidad y permite una mayor flexibilidad. Esto hace que las organizaciones puedan adaptarse más rápidamente a las necesidades cambiantes, gestionar sus recursos de manera más efectiva y tomar decisiones estratégicas informadas.
Un entorno de trabajo inteligente no se limita solo a la tecnología, sino que integra diversos elementos para crear un ecosistema que se adapta y responde a las necesidades cambiantes de los empleados y la empresa.
En este número, centrado en la gestión de los espacios basada en datos a través de entrevistas, reportajes y artículos técnicos visibilizamos cómo el Facility Management ha avanzado en este sentido.
Abordamos temas como: la aplicación de la Inteligencia Artificial, la experiencia del empleado, el smart cleaning, el mantenimiento predictivo, las soluciones globales de workplace, la calidad del aire interior, la sostenibilidad en los espacios, la iluminación y la acústica, entre otros temas, con el uso y análisis de los datos de fondo.
Como conclusión podemos decir que, gestionar un espacio de trabajo ‘inteligente’ implica crear un espacio que utiliza tecnología avanzada, datos y un diseño eficiente para mejorar la productividad, el bienestar de los empleados y la eficiencia operativa, mientras, además, se persigue el objetivo de la sostenibilidad. Un entorno de trabajo inteligente no se limita solo a la tecnología, sino que integra diversos elementos para crear un ecosistema que se adapta y responde a las necesidades cambiantes de los empleados y la empresa.
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