Así como las nuevas tecnologías nos rodean y ocupan gran parte de las acciones que acometemos día a día, ya sea a través de conectividad de voz y datos en cualquier lugar y elemento, métodos de pago a través de móvil o del smartwatch, entre otros… de igual forma la concepción de edificios, su construcción, operación y mantenimiento, se han visto claramente afectados de la evolución tecnológica, encontrándonos en un escenario completamente diferente a lo que era tan solo hace una década.
El diseño a través de BIM, el desarrollo y evolución de nuevos materiales constructivos, nuevos y más eficientes BMS’s, integrándose todo ello en la búsqueda de mayor ahorro energético y un menor impacto medioambiental, son claros ejemplos de la evolución del sector de la edificación en pro de unas comunidades y ciudades más sostenibles.
Desde el departamento de Sostenibilidad de Mace, se insta y persigue que desde el diseño o concepción del edificio no solo se atienda a valores propios de la estética o presupuesto, sino también al impacto que el conjunto arquitectónico, sus materiales e instalaciones tengan a futuro en el medio ambiente y en sus ocupantes.
Durante la vida útil del edificio, adquiere relevante importancia la gestión de las estancias en lo que al bienestar de sus ocupantes se refiere, buscando a la vez una alta eficiencia energética que les permita un ahorro económico y energético. Para ello, se emplean cada vez más las nuevas tecnologías que permiten la medición, control y seguimiento de los indicadores medioambientales sobre la actividad del edificio, como por ejemplo: la medición mediante sondas de temperatura, humedad y calidad del aire interior, control y programación del encendido de la iluminación, la programación del horario de funcionamiento de los equipos de climatización de los edificios, así como el establecimiento de las temperaturas de consigna en los equipos de producción y definición de alarmas, todo ello sin dejar de lado los niveles de ruido en el interior, la producción de residuos, el control del riego automático conociendo la temperatura y humedad del suelo, etc. Todos estos sistemas pueden ser gestionados desde un ordenador e incluso desde un smartphone o tablet a distancia, lo que facilita al usuario su utilización. En definitiva, la aplicación de toda esta tecnología permite una optimización de los recursos (energía y agua) y del rendimiento de las instalaciones de los edificios.
Durante la vida útil del edificio, adquiere relevante importancia la gestión de las estancias en lo que al bienestar de sus ocupantes se refiere
A este cambio de mentalidad, tanto en la concepción del edificio como en la gestión del mismo, se ha unido la necesidad creciente de conocimiento sobre el impacto medioambiental de nuestro estilo de vida, incidiéndose notablemente en los materiales utilizados en los proyectos de edificación. Es por ello que el grado de sensibilización de la población hace que el sector comience a demandar materiales sostenibles o eco-fiendly, como el caso de la madera, en el que la preocupación es conocer si proviene de explotaciones forestales controladas, materiales obtenidos del reciclado, o incluso que estos materiales sean bajo emisivos de componentes orgánicos volátiles. Se están viniendo a desarrollar materiales de nueva generación que puedan absorber el CO2 existente en las estancias del edificio o en las ciudades. Para todo ello las nuevas tecnologías han desarrollado herramientas que permiten, por ejemplo, el cálculo del Análisis del Ciclo de Vida (ACV) es decir, una valoración del material de ‘cuna a tumba’, estudiando el impacto ambiental durante su fabricación, su degradación y, posteriormente, su eliminación.
También se han desarrollado diferentes herramientas para realizar el cálculo de la huella de carbono derivada de la construcción y el funcionamiento de los edificios, teniendo en cuenta tanto las emisiones producidas directamente (Scope 1, aquellas emisiones producidas por el uso de combustibles fósiles en instalaciones, vehículos en propiedad, por fugas de gases refrigerantes, etc.), como las indirectas (Scope 2, aquellas emitidas por el productor energético; y Scope 3, las emisiones atribuibles a los productos y servicios adquiridos).
Se emplean cada vez más las nuevas tecnologías que permiten la medición, control y seguimiento de los indicadores medioambientales sobre la actividad del edificio
La preocupación del uso de los edificios no solo influye en los materiales y el comportamiento de estos con el aire que se respira en su interior, sino que esta responsabilidad se traslada también a las repercusiones que las emisiones derivadas del edificio puedan generar al medio ambiente las instalaciones existentes en el edificio y, por tanto, el impacto directo a las ciudades y comunidades.
Tal y como reza en nuestra visión corporativa, el objetivo de Mace es “alcanzar el liderazgo del sector contribuyendo a dar forma a nuestras ciudades y construyendo comunidades sostenibles”. Y es por ello que para nuestra compañía, cuya principal actividad es la gestión de proyectos de edificación y consultoría en sostenibilidad, es crucial la adecuación continua a nuevos sistemas y tendencias del sector y de la sociedad en su conjunto, pues serán estos los que habiten y hagan uso de las ciudades y sus edificaciones.