La construcción y la edificación son responsables de casi un tercio del consumo total de energía en el mundo y de casi el 15% de las emisiones directas de CO2. De hecho, actualmente, cuatro de cada cinco edificios en España son ineficientes energéticamente, según datos del Ministerio para la Transición Energética. En este sentido, una posible solución son los conocidos como edificios verdes, cuya construcción se adapta a los principios de sostenibilidad, ya que requieren energía mínima para funcionar y emiten muy poco CO2. Concretamente, consumen un 25% menos de energía y un 11% menos de agua que un edificio convencional.
Como la mayoría de los edificios no se construyeron siguiendo los estándares de sostenibilidad más actualizados, TÜV SÜD, compañía líder internacional en soluciones de alta calidad, sostenibilidad y seguridad, ha desarrollado una herramienta de autoevaluación, la calculadora de construcción verde, que ofrece una indicación del rendimiento del edificio en materia de CO2, según el monitor de riesgos de emisión de CO2 de activos inmobiliarios o Carbon Risk real Estate Monitor (CRREM). Con estos indicadores, el propietario podrá conocer cuándo podría traspasar la vía de la descarbonización y así anticiparse al riesgo de obsolescencia por carbonización.
El uso de esta herramienta es muy intuitivo, ya que solo se debe introducir el tipo de construcción y la superficie del suelo (m2), así como los datos de consumo anual, para lo que se recomienda utilizar la última factura energética. Una vez actualizados todos los datos, encontraremos la tabla de vía de descarbonización con dos líneas, una que representa la propiedad y otra la trayectoria de descarbonización recomendada. El punto en el que se cruzan ambas líneas indica que la propiedad se convierte en un activo obsoleto. Por otro lado, en la gráfica de proyección de costes energéticos, figurarán los posibles costes energéticos que tendrán que afrontar si no se aplican las medidas recomendadas para mejorar las proyecciones del edificio. Basándose en el rendimiento energético del edificio, se puede crear un plan de acción para abordar los problemas. Por ejemplo, se pueden asignar recursos a las áreas que tienen más impacto en la consecución de los objetivos de sostenibilidad. Puedes ver el tutorial sobre la calculadora verde en el que resumimos cómo utilizarla.
La realidad es que los edificios verdes contemplan mayores beneficios que los convencionales, pues un edificio verde puede alcanzar mayores precios de venta y valor de alquiler, además de tener unos costes de energía y agua bastante más bajos que un edificio convencional. Con las certificaciones de construcción sostenible necesarias como BREEAM, LEED, WELL, etc., los edificios verdes tienen más probabilidad de obtener un valor de tasación más alto por parte de los bancos, lo que garantiza un mayor rendimiento de la inversión, permitiendo a los propietarios de los edificios acceder a más opciones de financiación. Además, las empresas están en continua competencia para alcanzar los objetivos de sostenibilidad, por lo que ser sostenible puede mejorar el branding de la empresa y promover la responsabilidad social corporativa, lo que genera un nivel de productividad más alto al aumentar la moral de los empleados.
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