¿Quién no sabe que los nuevos modelos de trabajo híbrido conducen a los empleados a ser más productivos? O ¿quién no sabe qué es la productividad?
Todos lo sabemos. Pero esa, no es la cuestión. El paradigma de la productividad está en su cuantificación. No disponemos de herramientas para medir de forma fehaciente las oscilaciones de productividad de los empleados del conocimiento en diferentes entornos. Existen diferentes KPI’s que podríamos utilizar, antes y después de la implantación del nuevo modelo, pero nadie lo hace, y no dejarían de ser orientativos. Entonces, ¿por qué todos los que nos dedicamos a esto, lo vamos pregonando a los cuatro vientos?
Estudios
Estudios han mostrado que, para garantizar que un trabajador del conocimiento sea óptimamente productivo y feliz, es importante que pueda alcanzar objetivos personales y que las instalaciones y los servicios se ajusten a las necesidades personales. Un entorno físico apropiado debe facilitar, de manera óptima, las diferentes actividades laborales, como la comunicación, la colaboración, la concentración, las reuniones informales y formales, etc. Debido al posible impacto de tantas variables diferentes, es bastante difícil definir la importancia relativa de cada una de ellas. Además, el impacto de cada una, es diferente para diferentes empresas.
Los entornos híbridos, obviamente, han cambiado el paradigma de la productividad visto que el régimen de trabajo a distancia afecta directamente al nivel de satisfacción con el entorno (oficina y a distancia), y con la situación laboral, que proporciona una mayor conciliación, responsabilidad y motivación.
Existe un estudio que me gusta, por considerarlo completo, sencillo y obvio a la vez. Es de Mawson (2002). Desarrolla un modelo que refleja la complejidad de la productividad en trabajadores del conocimiento:
En él, vemos que existen factores que se encuentran fuera del área de la responsabilidad de los Facilities Managers, como por ejemplo la composición de la plantilla, el estilo de dirección, el mercado laboral, y otros, cuya responsabilidad reside en otras áreas de las empresas, como RRHH, Dirección, Unidades de Negocio, etc. Después, tenemos que contar también con aspectos propios de los empleados como su fisiología y psicología.
En gris, observamos las cuatro áreas que el Facilities Manager puede gestionar para afianzar una mayor productividad de los empleados directamente y corporativa indirectamente. La realidad es que, la implantación de nuevos modelos de trabajo híbrido es un ejercicio de proyecto transversal en las empresas (FM, RRHH, TIC, Unidades de Negocio) e, importante, siempre está impulsada por la estrategia corporativa que persigue multitud de objetivos de productividad.
Estrategias corporativas
Las estrategias corporativas buscan cumplir con determinados objetivos. En su desarrollo, se estudia y analizan los diferentes esfuerzos a realizar y los medios que la empresa va a poner a disposición para alcanzarlos. Aquí, la clave reside en el capital disponible o alcanzable para estos esfuerzos y sus correspondientes medios. Es trascendental resaltar que, el coste total de Facilities Management (arrendamientos, servicios, amortizaciones, etc.) es infinitamente inferior a los costes laborales en las
empresas. Esto implica que mejorar el entorno de trabajo para fomentar la productividad de los trabajadores del conocimiento es potencialmente muy rentable. Y, por ello, para alcanzar objetivos de productividad, el proyecto más evidente y recomendable, es implantar un modelo de trabajo híbrido organizativo y adaptar la oficina al nuevo modelo.
Los aspectos que aportan valores de productividad a la plantilla, son de carácter intangibles para los informes de viabilidad, que se producen para conseguir la asignación de capital. En cambio, un impacto positivo en la caja de flujo de la empresa, es la herramienta más eficaz para conseguir el capital y obtener luz verde para el diseño del modelo de trabajo híbrido.
Mi recomendación es desarrollar un business-case económicamente sólido y reforzarlo con todos los aspectos “intangibles” de la productividad, como la satisfacción, retención y atracción del talento, imagen corporativo, etc.
Reflexión
¿Queremos que el trabajo individual de rutina y de concentración se haga en la oficina? Parece una pregunta irrazonable, pero, desde mi punto de vista, no tiene sentido que los trabajadores vuelvan a la oficina para hacer trabajos individuales sin interrupciones visuales y acústicas, como por ejemplo hacer redacciones, analizar datos, leer y contestar emails, etc. No obstante, sigue ocurriendo. Hoy por hoy, todas las empresas, en modelos híbridos, demandan espacios para trabajos individuales.
Espacios individuales que ocupan entre el 40 y el 70 por ciento del espacio. Una barbaridad. Esto significa que aun no hemos llegado a encontrar el modelo de trabajo híbrido definitivo. Seguimos en una fase de transición en donde vamos a seguir pivotando diferentes conceptos y experiencias para que cada empresa pueda encontrar su modelo idóneo. La creación de modelos de trabajo híbrido sigue siendo una actuación de ensayo y error.
Nadie sabe cual es el modelo de trabajo híbrido perfecto y que influya más y mejor en la productividad. Asimismo, creemos que cada empresa debe buscar el suyo. No existen modelos de trabajo híbrido estándares para un tipo de empresa o sector. Para aproximarnos al modelo de trabajo más productivo, estamos convencidos de que debemos analizar detalladamente la propia empresa en sentido de conocer sus objetivos, de hacia donde desea progresar, sus incertidumbres, su situación empresarial, etc., para juntamente crear una visión e identidad única. Esto es la base para definir los requisitos del espacio, tecnología y comportamiento para el nuevo modelo de trabajo híbrido. ¿Cuál es el modelo híbrido para tu empresa para aportar más productividad?