Metro de Madrid ha iniciado un plan global de transformación digital para diseñar el transporte ferroviario del futuro de la Comunidad de Madrid, dando respuesta a los nuevos modelos de Ciudades Inteligentes y cubriendo las crecientes necesidades de los clientes con la máxima calidad. Un proceso de modernización, denominado Estación 4.0, que es indisoluble del concepto de Smart City al que deben de evolucionar todas las grandes urbes, con el objetivo de mantener un alto grado de habitabilidad, y un adecuado equilibrio económico y medioambiental.
Metro de Madrid es un pilar básico en la movilidad de las ciudades para compensar el impacto negativo de emisiones contaminantes, residuos y el elevado consumo de energía que genera el imparable crecimiento de los espacios urbanos. Pero para poder mantener ese papel predominante e imprescindible, debe apostar por un rediseño de sus sistemas basándose en la Industria 4.0.
Con esta premisa, está desarrollando un nuevo modelo tecnológico que mejora las prestaciones para los clientes y para su propio sistema de explotación, optimizando los costes de inversión, operación y mantenimiento y haciendo sostenible este servicio público.
Metro de Madrid es una compañía a punto de cumplir cien años, cuya evolución ha dependido siempre de los avances tecnológicos. Entre 1919 y 1970 mantuvo el mismo modelo de explotación de estaciones, basado en la figura de la taquillera, con un proceso totalmente manual y sin tecnología, y donde el 100% de las máquinas eran electromecánicas.
Es en la década de los años 70 cuando empieza la introducción de máquinas billeteras automáticas, y evoluciona hasta los años 90, basándose en un modelo operativo de la taquilla, puesto de control local y un incremento de la tecnología en los sistemas de explotación y comunicaciones. El siguiente salto cualitativo en la gestión se consigue en 1999 con el puesto de operador integrado y la inauguración, un año después, del puesto de Mando del Alto del Arenal. En el año 2003 se inicia también la transformación general del modelo convencional de estaciones al de supervisor comercial, figura que sustituye a las taquilleras, y que no requiere una ubicación fija gracias al avance de las nuevas tecnologías.
Como se puede comprobar, los saltos cualitativos se producen cada vez con menor diferencia de años y, en la actualidad, Metro de Madrid se encuentra en la encrucijada de superar su modelo actual y abrazar los paradigmas del siglo XXI (Industria 4.0, Internet de las Cosas, Big Data, 5G, mantenimiento predictivo, Inteligencia Artificial, etc.).
La situación actual de la red de explotación se caracteriza por albergar un conjunto heterogéneo de sistemas tecnológicos IT/OT distribuidos que están prácticamente en el fin de su ciclo de vida, con una antigüedad mayor a quince años. El proyecto Estación 4.0 es la vía para afrontar de manera integral y eficiente los retos futuros, con la redefinición, el rediseño y la evolución de los sistemas, basándose en una arquitectura de sistemas abiertos, una economía de escala y facilidad de integración.
El nuevo modelo planteado se estructura en torno a cinco elementos fundamentales: un modelo de estación futura; un modelo Tren digital universal conectado; un contenedor de servicios que será el nuevo puesto de mando integrado, denominado Centro Control Operativo de Red; un centro de procesamiento de datos global; y, por último, una red de comunicaciones versátil, segura, de gran capacidad y flexibilidad suficiente para conectar a los cuatro elementos anteriores y al propio cliente como otro actor fundamental del modelo Smart City. Todos ellos están ya en marcha y permitirán tener conectados a los clientes, los trabajadores y cualquier dispositivo o equipo de la estación o el tren.
En el caso de la estación, se ha iniciado la primera fase con el rediseño de los servicios de seguridad, información al viajero y el telecontrol de instalaciones, que se prevén desplegar en la Línea 8. Una vez instalados se prototiparán y optimizarán para extender al resto de la red. La segunda fase sería el conocido como “peaje y venta de futuro”, con un nuevo diseño ergonómico y conectado de instalaciones de acceso a Metro de Madrid.
Toda la red contará también con un nuevo cerebro, el Centro de Control Operativo de la Red, un centro unificado con funciones de operación, seguridad, mantenimiento de instalaciones y material móvil. Con capacidad para 130 operadores, contará con las máximas garantías de seguridad, fiabilidad y disponibilidad.
Por su parte, el futuro Centro de Procesamiento de Datos (CPD) será el contenedor de la información que genere Metro de Madrid, ya sea de clientes, instalaciones u operación. Con 6.000 metros cuadrados, también estará diseñado para tener una alta disponibilidad y tolerancia a fallos, seguridad y un posible crecimiento para los próximos veinte años.
Finalmente, el tren digital universal supone una gran oportunidad para proporcionar un servicio más eficiente y de mejor calidad al abandonar la rigidez del corsé de la dicotomía mantenimiento correctivo, por un lado, y preventivo-programado, por el otro. La monitorización del tren, con más de 20.000 variables, permitirá incrementar la eficiencia en su mantenimiento y conocer todos los datos para tomar todas aquellas decisiones que eviten perturbaciones de movilidad del cliente en la red de explotación.
Todas las nuevas infraestructuras descritas conseguirán que Metro de Madrid siga siendo un referente mundial, que dé respuesta a los nuevos retos demográficos y sociales de las ciudades, prestando el servicio con la máxima calidad, eficiencia y eficacia, y proyectando un modelo de transporte público de futuro más sostenible económica y medioambientalmente.