Hoy, más que nunca, las organizaciones son conscientes de que la gestión empresarial debe ser responsable y respetuosa, tanto con el entorno como con la sociedad. Se trata de un exigente reto que requiere una transformación cultural que fomente la reducción de los impactos ambientales y el cuidado de sus activos más importantes: los trabajadores. Es por ello que las empresas buscan una gestión sostenible de edificios para desarrollar su actividad en edificaciones más eficientes, con un menor impacto ambiental sobre su entorno y capaces de cuidar a las personas que habitan en su interior. Es decir, trabajar en los tres pilares de la sostenibilidad: económico, ambiental y social.
En este sentido, el papel que juegan los Facility Management Services es clave en la gestión diaria de un edificio existente en todos sus ámbitos y exige una profunda especialización y profesionalización de todos los proveedores de servicios.
En primer lugar, el equipo de mantenimiento controla la calidad del aire que se respira en el interior, el confort térmico, la iluminación, el ACS y la producción de energía renovable.
Los servicios de limpieza contribuyen a la gestión sostenible con el uso de aspiradoras de alta eficiencia, con la limpieza de los felpudos en las entradas a los edificios, con la separación de los residuos por tipo para proceder posteriormente a su reciclaje. Además, los proveedores de consumibles de limpieza suministran productos no irritantes para los usuarios y respetuosos con el medio ambiente.
Por su parte, los servicios de control de plagas, tanto del interior del edificio como en las zonas ajardinadas, utilizan también productos con baja toxicidad que garantizan la seguridad de los usuarios en caso de contacto.
Por último, los servicios de jardinería utilizan prácticas sostenibles como son optar por especies autóctonas, la prevalencia de la maquinaria eléctrica frente a la de combustión y de los fertilizantes orgánicos frente a los químicos, el reaprovechamiento de los restos de poda utilizándolos como compost, y el riego por goteo, que consigue importantes ahorros frente a otros sistemas.
El papel que juegan los Facility Management Services es clave en la gestión diaria de un edificio existente en todos sus ámbitos
Es importante, además, destacar que la monitorización de los consumos de energía y agua en tiempo real a través de la tecnología sirve para ejercer un control más riguroso y detectar consumos excesivos o anómalos: fugas de agua, funcionamiento de sistemas de clima fuera de horario.
Es decir, la gestión sostenible de un edificio existente lleva asociada ahorros de los consumos de energía (en ciertos casos superiores al 45%) y de agua (de más del 30% en los sanitarios y griferías) y un incremento de la rentabilidad del inmueble como activo.
Otras buenas prácticas sostenibles son facilitar el acceso a los usuarios de los edificios a través de transporte público o lanzaderas, así como instalar aparcabicicletas para fomentar que los usuarios no usen el vehículo privado.
Cabe destacar también que cada vez son más los edificios que reservan plazas de aparcamiento para vehículos de bajas emisiones y/o eléctricos. Todas estas medidas van encaminadas la reducción de las emisiones de CO2 que provocan el cambio climático.
Certificaciones en Edificación Sostenible
Para ello, desde Minsait apostamos por la implantación y certificación de los más altos estándares en materia de edificación sostenible, como las certificaciones LEED y BREEAM, que garantizan tanto en los edificios de nueva construcción y grandes remodelaciones, como en los edificios existentes, una reducción de los costes de operación y mantenimiento, un incremento significativo del valor del activo y satisfacción de los usuarios, así como la contribución a las medidas de mitigación del cambio climático.
Para garantizar las necesidades de los ocupantes en el interior del edificio, en Minsait desarrollamos e implantamos la certificación WELL, cuyo estándar se centra en asegurar el confort y bienestar de sus usuarios.
Además, disponemos de soluciones digitales de eficiencia energética, gestión de la demanda, recursos energéticos distribuidos, digitalización de la vigilancia medioambiental, gestión del agua o gestión de residuos, que ayudan a las organizaciones a mejorar su desempeño ambiental. En las dimensiones social y económica de la sostenibilidad, destacan soluciones que permiten el control del riesgo, la ciberseguridad o la inclusión de personas con discapacidad, entre otras.