La aparición del coronavirus ha supuesto un cambio significativo en la percepción de la importancia de la gestión del aire y los sistemas de aire acondicionado. Tanto las operaciones de mantenimiento e higienización de estos, como las auditorías de ventilación, o los equipos de gestión y de filtrado de aire, se han convertido en herramientas clave en la lucha contra la propagación del virus.
Todos los años se realizan campañas para destacar la imprudencia que supone un incorrecto mantenimiento de los sistemas de aire acondicionado. Y no es casual o por motivos comerciales, sino para tratar de evitar las consecuencias que acarrea una mala condición higiénica en estos sistemas. Estos mensajes y argumentos, hoy, son igualmente ciertos e importantes, pero el coronavirus ha puesto de manifiesto nuevos motivos que obligan a prestar la máxima atención a la calidad del aire, la ventilación, la purificación, etc.
Ya no se trata solo de luchar contra el polvo, los ácaros y evitar las condiciones del crecimiento bacteriano; sino de que una mala condición higiénica reduce la eficacia de cualquier operación que se lleve a cabo contra el coronavirus. Ya sean desinfecciones ambientales, nebulizanciones, limpiezas de superficies, etc., la realidad es que la suciedad en los sistemas de ventilación reduce el efecto de los biocidas.
Calidad del aire: auditorías de ventilación
El contexto pandémico en el que nos encontramos hace que se ponga el foco de atención en la adecuada calidad del aire en los espacios interiores, que debe de ser garantizada durante la actividad de las personas que los ocupan. Consecuentemente, la auditoría de ventilación es uno de los servicios que ha cobrado mayor relevancia en los últimos meses.
Los objetivos de esta auditoría son proveer una ventilación suficiente y efectiva, principalmente en edificios públicos, entornos laborales, colegios, hospitales y residencias de ancianos, garantizando las renovaciones de aire que nos marca la normativa. También persigue complementar la ventilación general con sistemas de control para la purificación del aire como la filtración de aire de alta eficiencia y las luces ultravioletas germicidas. Otra de sus finalidades es evitar aglomeraciones, sobre todo cuando no se cumplan los valores mínimos. Y por último, garantizar las dos normativas principales que regulan la ventilación de edificios y locales: el RITE (Reglamento de Instalaciones Térmicas en los Edificios) y el HS 3 del Código Técnico de la Edificación.
Eficiencia energética
En el nuevo escenario que está dejando el COVID toman mayor relevancia los modelos de eficiencia energética que se proponen tras las auditorías. Se trata de sistemas domóticos que permiten monitorizar, a través de una pantalla y en tiempo real, la calidad del aire; así como la temperatura, la humedad y el aforo del espacio en el que se encuentra el usuario.
Estos sistemas tienen como primera finalidad la gestión de la calidad de aire interior, fijando un objetivo alcanzable de ppm para cada sala en función de su localización. Es importante destacar que el sistema permite añadir la tecnología cuentapersonas para incorporar la variable del aforo a la gestión.
En segundo lugar, cumplen un objetivo de sostenibilidad, puesto que garantizan la correcta gestión energética, evitando la ventilación innecesaria fuera de horas de uso del espacio. También controlan una correcta temperatura y humedad para garantizar el confort de las personas que ocupan el espacio durante sus horas de uso, y, por último, higienizan, incorporando tecnología UV en unidades de ventilación, para controlar la limpieza del aire.
Para concluir, también destaca el incremento en la instalación de equipos de tratamiento de la calidad del aire interior en espacios donde no existe ventilación. Se trata de aparatos autónomos que pasan el aire que se recoge en la sala por un filtro HEPA H14, como el que se utiliza en los quirófanos, que retiene las partículas. Incluso se han desarrollado ya equipos capaces de retener partículas COVID y eliminarlas con luz ultravioleta.
Al inicio de la pandemia, se intensificó la higienización de las superficies; pero una vez que se descubrió que el virus se transmite por los aerosoles, la ventilación pasa a ser un factor clave para combatir la transmisión del virus. La evolución del conocimiento del origen de la propagación del virus nos ha llevado a adaptar los métodos que proponemos para combatirla, y a la vez ha hecho que sistemas que ya existían se estén convirtiendo en imprescindibles. En Brócoli Facility Services trabajamos para estar preparados para ayudar a nuestros partners a garantizar la salud y la seguridad de las personas.