Hasta hace poco, destinar unos metros en una oficina a un espacio donde la gente hablara o descansara no estaba en los planes de muchas empresas. Ahora mismo, estos lugares se descubren como fundamentales para crear equipo, buen ambiente, promover la colaboración y el intercambio de opiniones constructivas.
De un café compartido un día cualquiera, de manera improvisada, surgen a veces las mejores ideas. Las relaciones personales son la base de todo: de la familia, de la sociedad y de una empresa. De que una persona se sienta parte de un equipo, escuchada y valorada puede depender su bienestar y su creatividad. Y esa sensación de pertenencia y equipo no es sólo vertical sino también horizontal y transversal, ya que se ve influida no sólo por la relación con los responsables sino por el trato con el resto de los compañeros, de la afinidad personal y de la confianza en el trabajo, en las ideas y en el sentido de la responsabilidad del resto.
Esa confianza difícilmente se desarrolla si las relaciones personales entre los miembros de un equipo se limitan al saludo matutino, a unas pocas frases sobre el proyecto que se comparte y a la despedida una vez el reloj marca la hora de salida.
El mobiliario está evolucionando al ritmo de estos espacios de socialización, con propuestas versátiles y confortables que consiguen generar ambientes distendidos potenciando la comodidad
Es en los momentos de asueto, en los que nos levantamos para estirar las piernas, en los que cambiamos de escenario, creamos un ambiente más distendido y nos relacionamos con miembros de nuestro equipo, de otro departamento e incluso de otra compañía de manera diferente, cuando podemos hallar la clave de aquello que nos tenía en pleno “impasse”.
Cuando nos liberamos, aunque sea durante los 15 minutos del café, del estrés y de las preocupaciones, y comentamos nuestras inquietudes personales o lo que ocurre más allá de las puertas de nuestro espacio de trabajo, se generan relaciones más estrechas en lo personal, que nutren también en lo profesional. Y que pueden abrir la puerta a colaboraciones y enfoques nuevos.
La importancia de esas relaciones personales está cada vez más presente no sólo en el diseño y en la fabricación de mobiliario, sino también en el diseño de interiores y también desde el punto de vista de los Recursos Humanos. Cuidar de las personas, de las relaciones del equipo y de un ambiente laboral distendido y enriquecedor se ha convertido en prioridad para muchas compañías, que conocen el retorno que eso supone en creatividad y éxito.
Los espacios de socialización son cada vez más frecuentes
De ahí que los espacios orientados a la socialización –ya sea un espacio para el café, un área lúdica, una terraza compartida o un espacio de soft-seating– sean cada vez más frecuentes en las áreas de trabajo que buscan promover ese bienestar y esa productividad. Zonas comunes que fomentan la afinidad, que permiten conocer mejor a los compañeros y su manera de ver la vida y de trabajar, y que nos permiten, en muchos casos, repensar nuestras tareas bajo una luz nueva y con la aportación de personas en las que confiamos.
De ahí que el mobiliario está evolucionando al ritmo de estos espacios de socialización, con propuestas versátiles y confortables que consiguen generar ambientes distendidos potenciando la comodidad, ya sean líneas de soft seating como Noom, Badminton, Bend y Longo o programas polivalentes como Noom, Whass y Wing, entre otros.
Esas relaciones personales pueden ser una tabla de salvación frente a los problemas y un faro que nos guíe cuando se presenten dificultades. Y la base para poder remar todos en una misma dirección.
