Hablar de nuevos desafíos y oportunidades de la eficiencia energética en los edificios con una pandemia de por medio no es lo habitual. Sin embargo, en el último año nos hemos visto forzados a especializarnos en ello, como en muchos otros procedimientos. Lo que está claro es que, si hablamos de oportunidades, tendencias, recuperación, etc., tenemos que mencionar el concepto verde. Y si nos centramos en los edificios, creo que esta idea gana importancia, si la trasladamos al mundo de la rehabilitación, no solo a la obra nueva. De hecho, desde ANESE creemos firmemente que en la rehabilitación reside un elevado porcentaje de ahorro energético, así como un alto potencial de eficiencia energética y energía limpia.
En la actualidad, el parque de edificios supone el 30% del consumo de energía de España. De hecho, una de las principales causas del cambio climático es el excesivo consumo energético de los edificios. El actual marco sanitario y económico demanda que nos esforcemos en que los edificios mejoren mediante actuaciones de ahorro energético y de fomento de las energías verdes. Y en ANESE defendemos y entendemos a la rehabilitación energética de un edificio como un sinónimo de más ahorro energético, menos gasto económico, menos emisiones de CO2 y menos impacto medioambiental. Igualmente, creemos que esa rehabilitación energética anima la integración de tecnología en las instalaciones y minimiza la pobreza energética. Y, a la larga, termina por ser un destacado promotor de la actividad y del empleo para los sectores de la construcción y de la energía de una forma más directa, al mismo tiempo que también reduce la dependencia energética.
Por otra parte, consideramos que, con la situación actual generada por el COVID-19, es fundamental pulsar todas las teclas que activen y reactiven la actividad del sector. Y no solo con el concepto verde que antes mencionaba, sino también con los conceptos Smart e IoT, que se deben aplicar cada vez más a las tecnologías integradas en los proyectos, ya sean de obra nueva o de rehabilitación. En este punto, aprovecho para recomendar la «Guía de Tecnologías para el Ahorro y la Eficiencia Energética 2020».
Destacamos también las novedades normativas que serán esenciales para alcanzar los compromisos y planes estratégicos marcados para lograr la descarbonización del parque de edificios, incrementando de forma sustancial esa importante rehabilitación energética.
Entre esos planes y programas, destaca por ejemplo el Programa de Rehabilitación Energética de Edificios (PREE), del nuevo CTE (Código Técnico para la Edificación) y de la Estrategia a largo plazo para la rehabilitación energética en el sector de la edificación en España (ERESEE 2020) que estima, en línea con el PNIEC (Plan Nacional Integrado de Energía y Clima), rehabilitar energéticamente 1,2 millones de viviendas de 2021 a 2030. No olvidemos que en 2019 el European Green Deal (Pacto Verde Europeo) ya vino a reiterar la importancia de duplicar las tasas medias de rehabilitación edificatoria en Europa. También destacamos el Certificado de Eficiencia Energética de los Edificios que nos aporta los datos más importantes sobre la situación energética del inmueble y es fundamental para ayudarnos a mejorarlo.
Importancia de las ESEs para la garantía de la energía limpia
Y para facilitar las cosas con todas estas novedades normativas, ya sea para proyectos nuevos o de rehabilitación de edificios, las ESEs (Empresas de Servicios Energéticos) son el compañero de viaje idóneo. Actualmente ofrecen un porfolio de servicios más completo e integral, que va más allá de la garantía de ahorros. La especialización y el conocimiento de las ESEs llega a la garantía de energía limpia, siendo conocedora de las tecnologías asociadas a la eficiencia energética, de las tecnologías de la información asociadas a la gestión energética, y es experta en la financiación de las inversiones con los ahorros logrados.
Pero si queremos centrarnos en algún reto puntual de la eficiencia energética de los edificios, este es sin duda el de la Edificación de Consumo Casi Nulo, siendo conscientes de que la mayor parte del consumo de energía de un edificio se produce en sus sistemas de climatización. Y el gran desafío reside en apostar por el uso de energías renovables o incluso la propia orientación del edificio, por una iluminación controlada, por un aislamiento térmico, etc., para lograr así una mayor eficiencia energética.
Otro gran reto en este ámbito de mejorar la eficiencia energética y reducir la demanda energética de calefacción y de refrigeración en edificios residenciales con una antigüedad mínima mediante una actuación por fases, durante un plazo mínimo de cuatro años, es el Pasaporte Energético.
Las oportunidades de la eficiencia energética en los edificios también residen, por ejemplo, en el aumento paulatino de las exigencias normativas. Y una manera de adelantarse y prepararse para esas exigencias es la promoción de certificados de construcción sostenible. Es el caso de los sellos de calidad con reconocimiento internacional como Leed, Breeam, Verde o Passivhaus.
Pero sin lugar a dudas que un gran reto es el de la difusión de la eficiencia energética y de todas sus ventajas y beneficios, y desde ANESE nos esforzamos en ello cada día. Y hacemos esta difusión extensible a todos los sectores, empezando por la eficiencia en los edificios.
Aquí es fundamental llegar con el mensaje al potencial cliente, destacándole el “factor eficiencia”, explicándole que un edificio sostenible, nuevo o rehabilitado es más saludable y confortable, le permite ahorrar dinero con menores consumos de agua y energía y, además, tiene un mejor impacto en el medio ambiente.
