La eficiencia energética es una premisa ineludible a la hora de diseñar y mantener los sistemas de climatización y refrigeración tanto de edificios industriales como comerciales y de viviendas. La refrigeración por condensación evaporativa se presenta como una alternativa clara para lograr este objetivo.
Los equipos relacionados con la refrigeración evaporativa (torres de refrigeración y condensadores evaporativos) ofrecen una combinación idónea de uso de energía y coste de instalación, que deriva en una óptima relación inversión/rendimiento frente a soluciones similares de refrigeración por aire. Sus beneficios abarcan desde la inversión inicial hasta el reducido consumo de energía, estando ambos factores íntimamente unidos:
- La inversión media inicial es menor que en otro tipo de equipos y resulta de rápida recuperación gracias al ahorro energético generado.
- La instalación es sencilla y rápida, en la medida que no se requieren grandes obras.
- Estos equipos son hasta cinco veces menos pesados y voluminosos que los equipos de condensación por aire.
- Su consumo de energía eléctrica es inferior. En los sistemas de refrigeración por aire, al incrementarse la temperatura de condensación, disminuye la producción frigorífica de la instalación, es decir, para producir el mismo efecto frigorífico se requieren un compresor, un motor de accionamiento eléctrico y un condensador de tamaños y costes superiores.
- La utilización de agua es reducida, de modo que el ahorro, comparado con sistemas de refrigeración de un solo paso, supera el 95%. El agua es recirculada y devuelta al ambiente en forma de vapor y de agua de drenaje.
- El impacto acústico es menor que en soluciones similares, con lo que también se disminuyen los costes de insonorización.
- Su eficiencia se ha incrementado gracias a la utilización de materiales resistentes a la corrosión y a los tratamientos de mantenimiento que, además de garantizar la protección frente a la Legionella, optimizan el funcionamiento del equipo.
Avances técnicos
La evolución de los equipos de refrigeración evaporativa en los últimos años ha sido constante. Entre los avances técnicos destacan, precisamente, los que optimizan el rendimiento energético de las torres de enfriamiento.
Entre estas últimas, destacan los motores de alta eficacia, que responden a las normas IE 2 e IE 3, y ofrecen un rendimiento muy elevado. A ello contribuyen los convertidores de frecuencia, que permiten la regulación y el control del funcionamiento del equipo de manera que la necesidad de energía se ajusta exactamente a las necesidades de consumo y mantenimiento. El resultado es un funcionamiento de la torre de refrigeración “a la carta” con la consiguiente optimización energética.
Llegados a este punto cabe preguntarse por qué, a pesar de sus ventajas, la refrigeración evaporativa se enfrenta a una legislación restrictiva que, a menudo, empuja a los constructores y proyectistas a optar por equipos de refrigeración por aire mucho menos eficientes. La razón se llama Legionela y es fruto de un amplio desconocimiento sobre su propagación y forma de prevenirla.
La sombra evitable de la Legionela
La bacteria Legionella Pneumophila no se origina en las torres de enfriamiento o condensadores evaporativos, sino en las redes de agua de suministro público que llegan a estos equipos donde, aún así, sería necesaria la existencia de un incorrecto mantenimiento de los mismos para que la bacteria se multiplique. En el diseño de las torres de refrigeración, el circuito de agua que pasa por la misma es independiente del aire refrigerado que va por los conductos y, por lo tanto, no existe ningún riesgo en este sentido.
Las torres de refrigeración de agua y condensadores evaporativos constituyen una tecnología segura que sólo es susceptible de desarrollar la bacteria Legionella Pneumophila, es decir, de aumentar la concentración de la misma en el agua que recircula, si el agua que recibe de la red está contaminada y si el equipo no se controla ni mantiene de forma adecuada, tal y como establece la ley.
Para prevenir de forma efectiva el riesgo de Legionelosis, es suficiente romper la cadena de sucesos, que incluye la entrada de una colonia virulenta de Legionella Pneumophila en un equipo no mantenido correctamente y la descarga de una corriente de aire con un porcentaje elevado de gotas en suspensión. Es posible quebrar esta cadena con un buen diseño, un buen mantenimiento y un funcionamiento correcto de la instalación de enfriamiento.
Un poco de historia
Desde la aprobación, en 2005, del Plan de Vivienda, se han sucedido múltiples iniciativas destinadas a lograr la máxima eficiencia energética en edificación. Un documento de referencia es el Plan de Ahorro y Eficiencia Energética (PAE), que incluyó los equipos de enfriamiento evaporativo entre las medidas propuestas, siendo una de las principales herramientas de las que el Gobierno se dotó para alcanzar los objetivos de reducción energética fijados por la Comisión Europea hasta el año 2012. Cabe subrayar que este plan incluyó los equipos de enfriamiento evaporativo entre las medidas propuestas para fomentar la eficiencia energética.
Cabe recordar también que el Instituto para la Diversificación y Ahorro de la Energía (IDAE) ha diseñado 28 medidas de las cuales cinco afectan al sector de la edificación y una al de equipamiento; en ellas, los equipos de enfriamiento evaporativo aparecen como una alternativa para conseguir un mayor ahorro energético.
El hito más reciente es el primer Plan Renove de Torres de Refrigeración de la Comunidad de Madrid, que se desarrolló a lo largo del año 2015 con el objetivo de sustituir equipos de refrigeración evaporativa de más de 10 años por otros con una mejora en el rendimiento energético del 10 por ciento.