Si hablamos de tendencias y colores actuales, considero que pocos enfoques de tratamiento son tan acertados como el extraordinario trabajo de Pierpaolo Piccioli como director creativo de Valentino. Os animo a descubrir el carrusel fotográfico de su último desfile de Alta Costura Primavera 2024 para apreciar como el conjunto de combinaciones de color en cada una de las salidas del desfile consigue hacer un barrido completo a través de la gama cromática generando una sensación de equilibrio y
elegancia extraordinaria.
Este trabajo del equipo de diseño de Valentino demuestra que no hay colores mejores o peores, simplemente hay combinaciones, paletas de colores que funcionan complementándose entre sí consiguiendo crear diferentes efectos y sensaciones. Sorprende comprobar como mezclas que a priori podrían parecer incompatibles ejecutadas con las proporciones e intensidades adecuadas consiguen resultados fantásticos.
¿Colores o sensaciones?
Aun a riesgo de decepcionar a aquellos que se asomen a este texto tratando de descubrir cuál es el color estrella que reinará en los espacios de trabajo, advierto desde ya que no centraré mi discurso en desgranar las diferencias entre verde berro, jade, olivo o eucalipto, ni siquiera en destacar tonos como el naranja albaricoque o el Peach Fuzz (anoten este nombre si quieren parecer enterados, Pantone lo ha declarado color del año 2024). Tampoco hablaré sobre azul celeste, lavanda o topo, terracota o gamas de grises (desde el porcelana al Cracked Pepper).
Me centraré en cómo la aplicación del color es capaz de afectar a las personas que viven y actúan dentro de un espacio.
No descubro nada al exponer que la utilización del color dentro de cualquier tipo de espacio consigue alterar la percepción y provocar diferentes efectos en las personas que lo ocupan, o que el empleo de colores cálidos como amarillo o naranja da lugar a espacios energizantes y creativos frente al empleo de colores fríos como el azul o el verde que transmiten sensación de calma y favorecen la concentración.
El tipo de espacio y de luz que incide sobre las superficies coloreadas también determina el efecto que causarán diferentes colores. Así, un espacio amplio y con abundante luz natural lo será aún más si los colores que predominan son claros y reflejan más esa luz que si empleamos colores oscuros que la absorben reduciendo visualmente el espacio y creando una mayor sensación de protección o privacidad.
Si tenemos en cuenta entonces que con la aplicación de unos u otros colores, y las posibilidades de combinación que la amplia gama cromática nos permite, somos capaces de crear diferentes sensaciones. Plantearía que las tendencias en cuestión de color no corresponden de manera casual a colores determinados, sino al tipo de sensaciones que a través de ellos se quieren transmitir.
El color en los espacios de trabajo
De esta forma, y si nos acercamos al sector de los espacios de trabajo, es interesante apreciar cómo a lo largo del tiempo los colores que aparecen en este tipo de ambientes van perfectamente asociados a la intención con la que se conciben.
Sin irnos demasiado lejos todos recordamos una época en la que los espacios de trabajo no tenían apenas colores, todo era gris, blanco y negro. El objetivo era representar a través de esa imagen la formalidad y la seriedad a la que cualquier negocio debiera aspirar y buscar.
Con el paso del tiempo el color se fue colando dentro de las oficinas de una manera muy básica, las compañías intentaban diferenciarse con espacios divertidos para sus empleados, en ocasiones casi infantiles, a base de colores primarios que, si no se equilibran correctamente, dan lugar a efectos recargados y estridentes, combinados con
altas cargas de color corporativo.
En la actualidad la selección de la paleta cromática con la que se diseña un espacio debe responder y conseguir el objetivo por el cual las compañías se plantean reformar sus espacios que es simplemente convertirse en lugares atractivos para sus empleados. Lugares en los que estén cómodos realizando su trabajo, incluso mejoren su bienestar físico y mental. Esta es la verdadera tendencia.
Espacios enfocados a mejorar el bienestar del empleado
Con el auge del teletrabajo y las políticas de flexibilidad de la mayoría de las empresas los espacios de trabajo compiten a la hora de ser atractivos hacia los empleados frente a sus propios hogares o a restaurantes y cafeterías de moda, de ahí que la línea que separa la imagen que tienen unos y otros sea cada vez más difusa.
Las compañías ponen su empeño en crear nuevas oficinas que cuentan con una amplia variedad de espacios para responder a las necesidades de cada individuo y a la actividad que en ese momento se vaya a hacer.
A partir de este punto, cada diseñador se esforzará por lograr, a través de su elección de acabados para el proyecto (tapicerías, pavimentos, revestimientos, mobiliario, entre otros) el equilibrio que dé como resultado espacios adecuados a su uso, confortables y que consigan generar un efecto positivo en las personas.
Aunque puede parecer que la elección de una combinación o paleta de materiales es algo mágico y limitado a pocas personas con un muy buen gusto innato, hay que mencionar que existen sencillas herramientas que acercan al éxito en esa tarea. Una de ellas el círculo cromático, con el que es posible identificar colores complementarios, triadas, gamas dentro de un mismo color… que facilitan la labor a la hora de conseguir mezclas equilibradas. También existe la regla del 60% 30% 10%, una referencia proporcional que suelen cumplir los espacios bien diseñados donde el 60% sería el color predominante, el 30% otro que sirva de contraste y un 10% como punto de acento al conjunto.
El color es un factor fundamental dentro del diseño accesible e inclusivo como un punto más a la hora de dar respuesta a la diversidad de personas que se puede encontrar en un espacio de trabajo. A nivel cognitivo, un buen empleo del color en un proyecto consigue espacios sencillos, comprensibles y funcionales para personas con algún tipo de discapacidad, o permite generar ambientes sensorialmente amables y calmados adecuados para personas con TEA.
Como arquitectos y diseñadores tenemos la oportunidad, y también la responsabilidad, de trabajar la aplicación o combinaciones de color, no quedándonos en el nivel básico del color de moda correspondiente, sino arriesgando, innovando y enriqueciendo las mezclas. ¡Tomemos ejemplo del maestro Piccioli! Debemos ser conscientes del efecto y gran impacto que nuestras elecciones llegan a tener en las personas que vivirán esos espacios.