¿Podría explicar la estrategia de descarbonización de la Comunidad de Madrid?
La hoja de ruta de la Comunidad de Madrid se centra en alcanzar un nuevo modelo energético, medioambientalmente sostenible y basado en la eficiencia e independencia energética y en la descarbonización de la economía. Con estos objetivos, aprobamos en septiembre de 2021 el ‘Plan de Descarbonización y Cuidado del Medio Ambiente de la Comunidad de Madrid’. Su desarrollo, junto con la necesidad de dar respuesta a la vertiente climática y de calidad del aire, ha llevado a la elaboración de la ‘Estrategia de Energía, Clima y Aire de la Comunidad de Madrid – Horizonte 2030’, a punto de aprobarse, que definirá las actuaciones necesarias para llevar a cabo la transición hacia el nuevo modelo energético.
Lograr una sociedad y economía descarbonizadas es nuestra meta, y la forma de hacerlo se ha planteado en línea con nuestros compromisos europeos, sustentados en el principio de ‘lo primero, la eficiencia’ y expresados por la Comisión en el documento político ‘Objetivo 55’.
¿Qué es prioridad, en este sentido? ¿Qué metas a corto plazo están sobre la mesa?
Nuestra región, comparada con el resto de España, cuenta con unas características socioeconómicas singulares (pequeño tamaño y gran densidad de población) que la hacen altamente deficitaria en energía y con un potencial de generación reducido. Por ello, la prioridad no solo se centra en incrementar la generación autóctona renovable dónde sea posible medioambientalmente, sino también en mejorar la eficiencia en el consumo. Así, los tres objetivos estratégicos que planteamos en el ámbito energético son: impulsar la eficiencia energética y fomentar el autoconsumo de fuentes renovables; contribuir a la mejora de la disponibilidad, seguridad y calidad del suministro de energía a un precio razonable, promoviendo el autoabastecimiento; e incentivar el crecimiento de la producción de energía eléctrica y térmica con fuentes renovables o bajas en carbono.
Los resultados se dejan ver en parámetros como la intensidad energética (cantidad de energía que se consume por unidad de PIB), que indica cuánta energía gastamos para crecer. Este presenta una clara tendencia decreciente: de los 59,7 tep/M€ en 2000 hasta los 40,7 tep/M€ en 2021, es decir, una reducción de un 31,8 % que indica que estamos siendo mucho más eficientes en la utilización de la energía. Escuchamos con asiduidad que el sector energético, la movilidad y el transporte se tienen que electrificar.
¿Qué implicaciones y beneficios tiene esta necesidad?
Consideramos que es fundamental asegurar fuentes de suministro seguras, continuas y con la calidad que requieren los equipos y dispositivos eléctricos. Teniendo en cuenta que las energías renovables son discontinuas, apostamos también por la cogeneración y el autoabastecimiento.
Mantener altos niveles de calidad del suministro será clave para posicionar a Madrid como centro estratégico para el desarrollo del sector del tratamiento de datos (Data Center) y como líder del sur de Europa. Además, con el horizonte 2030, nuestros objetivos serán conseguir una mejora de un 10% de la calidad del suministro eléctrico medido a través de los índices TIEPI y NIEPI; y conseguir que los distribuidores dispongan de los mejores planes de actuación para hacer frente a posibles limitaciones o interrupciones del suministro de fuentes energéticas.
¿Qué sector en la región necesita descarbonizarse con más agilidad y por qué?
El análisis del consumo de energía final de nuestra región, que muestra el peso dominante del sector de transporte, (con un 46% del consumo total), unido a que el 95% de ese consumo se corresponde a derivados del petróleo y que el transporte es el responsable de aproximadamente dos tercios de las emisiones de óxidos de nitrógeno de la Comunidad de Madrid, lo convierte en un sector clave que hay que descarbonizar. Es necesario actuar para cumplir los requisitos de calidad del aire exigidos por la normativa europea y para proteger la salud de los madrileños, por lo que seguiremos apostando por un transporte eficiente, con más vehículos limpios y respetuosos con el medio ambiente.
¿Qué papel juegan las renovables?
Nos van a permitir avanzar en la independencia energética y en la seguridad de suministro, progresando a su vez en la mitigación de los efectos del cambio climático. Por ello, nuestra apuesta por estas energías es clara, y está basada en la simplificación y agilización de los trámites administrativos, en esquemas de ayudas públicas que permiten favorecer su implantación en toda la sociedad y que implican el apoyo a otros sectores de actividad (fabricantes, instaladores, mantenedores, etc.), y en facilitar el desarrollo de nuevos modelos de negocio para comercializadores, empresas de servicios energéticos, etc.
¿En qué grado están desarrolladas e implementadas las energías renovables en la Comunidad de Madrid?
Partimos de una energía total producida de 421,5 ktep en 2021, lo que representa el 2,6% del consumo total, o el 4,8% si se incluyen los sistemas de cogeneración de energía eléctrica y térmica. Y hemos conseguido que esa generación autóctona de energía se haya incrementado un 88% desde el 2000. Se debe destacar el aumento del último año en la generación solar fotovoltaica, del 70%, debido al crecimiento del auto-consumo en nuestra región, que el Gobierno regional quiere seguir potenciando sustancialmente en el futuro.
Para promover el crecimiento de la producción de energía eléctrica y térmica con fuentes renovables -no solo para autoconsumo sino también para su venta a la red eléctrica o a clientes a través de sistemas de calor distribuido-, hemos establecido como puntos de referencia para 2023 alcanzar una potencia instalada de energías renovables en la Comunidad de 5 GW. También, mejorar la autoproducción energética en la región en al menos el 140%, lo que supone llegar a un nivel de autoabastecimiento eléctrico del 16,4% en 2030; conseguir que el 84% de la generación eléctrica sea renovable en 2030 y alcanzar un 77% de generación térmica renovable en 2030.
¿Cómo contribuye la Administración a que los ciudadanos apuesten por el uso de energías renovables?
Fundamentalmente, mediante el diseño de instrumentos de ayuda directa a su instalación. En estos momentos estamos gestionando, a través de la Fundación de la Energía de la Comunidad de Madrid, una línea de ayudas destinada al fomento del autoconsumo, el almacenamiento de energía y la instalación de sistemas térmicos renovables, en el marco del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia (PRTR). Estas subvencionan, entre otras, la instalación de sistemas de autoconsumo fotovoltaico, con o sin almacenamiento, en el sector residencial, en el sector terciario y en otros sectores de actividad, así como la incorporación de equipos de almacenamiento de energía en instalaciones de autoconsumo en el sector residencial, administraciones públicas y tercer sector.
Por otra parte, contamos con el programa de apoyo para la implantación de instalaciones de energías renovables térmicas en diferentes sectores de la economía de la Comunidad de Madrid, también en el marco del PRTR, con el que apoyamos la energía solar térmica, biomasa, geotermia, hidrotermia o aerotermia y las microrredes de distrito de calor y/o frío.
¿Qué dificulta que las energías renovables estén en los hogares?
A pesar de que el desarrollo del autoconsumo es un hecho, y los precios de este tipo de tecnologías están cayendo, el desconocimiento sobre sus beneficios o la inversión inicial pueden ser barreras para su instalación, especialmente en el sector residencial. Mediante las actuaciones de difusión y los programas de ayudas, estamos tratando de solventar estos problemas.
Además, en una región con un parque de edificios como el nuestro, es de vital importancia el impulso del autoconsumo colectivo, de manera que cualquier propietario de una vivienda en un edificio en altura pueda llegar a cubrir parte de sus necesidades de energía eléctrica con producción propia. Esperamos que en los próximos años este sistema y la figura de las comunidades energéticas tengan un fuerte desarrollo e implantación en la Comunidad de Madrid.
“En una región con un parque de edificios como el nuestro, es de vital importancia el impulso del autoconsumo colectivo”
El anticuado parque inmobiliario de la Comunidad de Madrid es un problema para que los edificios sean eficientes, energéticamente hablando. La Administración ha desarrollado ayudas y planes para su rehabilitación. ¿En qué situación nos encontramos?
Estoy completamente de acuerdo. La mayoría de certificados de eficiencia energética tramitados de edificios existentes corresponden a inmuebles poco o muy poco eficientes (más del 77% con calificación E o inferior). Un aspecto a tener en cuenta en la rehabilitación energética de edificios es la financiación de las inversiones necesarias y los apoyos públicos, y en el proyecto de Ley de los Presupuestos Generales de la Comunidad de Madrid para 2024, la Consejería de Vivienda, Transportes e Infraestructuras incrementa las ayudas a la rehabilitación, la accesibilidad y la dotación de eficiencia energética a través de diversos planes destinados a la reforma de viviendas, edificios y barrios. Y la Consejería de Medio Ambiente, Agricultura e Interior seguirá tramitando líneas de ayuda para las actuaciones en materia de eficiencia energética y protección del medio ambiente.
Además, las Consejerías, así como el resto de agentes de la administración institucional de la Comunidad de Madrid, están promoviendo actuaciones que inciden en el ahorro energético y en el despliegue del autoconsumo en los edificios públicos propios (centros de salud, residencias de ancianos, institutos de educación secundaria, etc.).
Como ya he comentado, estamos a punto de aprobar la ‘Estrategia de Energía, Clima y Aire de la Comunidad de Madrid – Horizonte 2030’, que asegura que los objetivos se alcancen de manera compatible con la mejora del nivel y calidad de vida de los madrileños, sin efectos económicos o sociales adversos. Así, se establecerán las líneas de trabajo para favorecer la descarbonización de la economía madrileña, la adaptación del territorio al previsible incremento actual y futuro de los fenómenos climatológicos extremos, y la mejora de la calidad del aire que respiramos. Es una labor que nos implica a todos.