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Fer Arquitecto: “Si vas a ejecutar una arquitectura que va a empeorar el sitio o el lugar, mejor no la hagas”

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Fer Arquitecto es una marca personal creada por el arquitecto gallego Fernando Martínez. Desde su estudio buscan lograr una arquitectura que persiga la eficiencia y aporte mejoras para las personas y el entorno. Fernando Martínez se siente comprometido con el medioambiente, y por ello ha instalado esta responsabilidad en el ADN de su estudio. “Como profesional, dejar un mundo mejor del que te encuentras es una cosa fundamental”, nos explica.

¿Querría presentar el estudio FER ARQUITECTO? ¿Cuál es la visión, el proyecto del arquitecto que está detrás de este estudio?

Fer Arquitecto es una marca personal, la visión de un creador que además de querer ser una buena empresa quiere hacer buena arquitectura. Como concepto arquitectónico general considero que nos define la eficiencia. La eficiencia entendida no como el mínimo de cosas a ejecutar, sino una eficiencia que entiende la complejidad de las cosas. Hay que ser eficiente pero cumpliendo con que sea una arquitectura bonita, la belleza es algo en lo que también queremos ser eficientes. La eficiencia está detrás de una complejidad, no en una simplificación.

En estos tiempos en los que cada vez adquiere mayor importancia el cuidado del medioambiente, ¿cuál es su relación y su compromiso con el entorno?

Ese es un compromiso que creo que debemos de tener todos. Es una obviedad el cambio climático, o que estamos saturando el mundo de gente, y por ello son fundamentales cosas como el cuidado del medioambiente o el consumo energético. No solo los arquitectos, sino todas las profesiones de hoy en día. En ese sentido, esta responsabilidad está instalada en el ADN del estudio desde el primer momento, no es que nos hayamos sumado al carro por la corriente actual. Y creo que la buena arquitectura siempre estuvo del lado de esa eficiencia.

¿Por qué se siente cómodo trabajando con el objetivo de crear lugares eficientes y sostenibles?

Como profesional, dejar un mundo mejor del que te encuentras es una cosa fundamental. Si vas a ejecutar una arquitectura que va a empeorar el sitio o el lugar, mejor no la hagas. Hoy en día hay que tener consciencia del mundo en el que vivimos, y tener ese punto de silencio, de “yo estoy haciendo esto pero no estoy empeorando el mundo”, creo que es algo de lo que uno se puede sentir orgulloso. Mucho más que con una cosa pomposa o sobredimensionada.

El parque inmobiliario camina hacia las cero emisiones para 2050. ¿Cuál es su aportación en este sentido en el sector residencial?

Ojalá eso ocurra también en los demás sectores, ya que muchas veces no tenemos en cuenta las órdenes de magnitud. Un barco que viene de Australia a traer pescado aquí casi consume tanto como un edificio en toda su vida. Lógicamente en el sector residencial este impacto tiene una doble vertiente, la mejora del mundo y la mejora de la economía de los usuarios. La mayor parte de mis clientes no buscan una mejora en el mundo, aunque es algo que suma, pero fundamentalmente están buscando un ahorro para sus hogares.

¿Por qué ha elegido la metodología Passivhaus para sus construcciones? ¿Qué aporta a los proyectos?

Más que otro tipo de certificaciones, que permiten hacer todo tipo de consumo altísimo pero con una generación de energía eficiente, aquí lo que se trata es de ser pasivo. Pasivo es consumir poco.
Valorar qué es lo eficiente y lo apropiado. Ser preciso, a mí es lo que me gusta del Passivhaus, que se enfoca en hacer lo mínimo sin otro tipo de condicionantes.

Esta metodología condiciona el consumo energético, y se puede llegar a ella desde casi cualquier planteamiento constructivo y desde casi cualquier material, cosa que también aporta mucha libertad a la arquitectura, que como comentaba antes, más allá de ser pasiva también tiene que tener otras características, por ejemplo, la belleza.

En los últimos años, por distintos factores (uno de ellos la pandemia) la importancia del diseño de los espacios ha ganado fuerza. ¿Querría explicarnos cuáles son los desafíos en este sentido? ¿Qué buscan ahora las personas de los espacios?

Creo que las personas se han hecho conscientes. La pandemia ha traído una vuelta a vivir en el campo, a tener una relación con el exterior, ha hecho a la gente darse cuenta de lo mal que estaban sus casas o de querer mejorar esos espacios. También la pandemia ha contribuido a acelerar el teletrabajo, y cuando te pasas todo el día en un mismo espacio, más importancia cobra.

Nuestra filosofía en el estudio es que la arquitectura es el fondo de la vida de la gente, y esa es la importancia que tiene que tener. Ese fondo tiene que ser bueno, y permitir expresarse a la vida y no coartarla. Los desafíos en este sentido creo que son intentar recuperar esos espacios dignos, que estén bien iluminados, buenas proporciones. Y que no todo vale.

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¿Qué le sugieren los conceptos, referidos a espacios: Flex, Tech y Well?

En cuanto al primer concepto puedo decir que me gusta la flexibilidad de la proporción perfecta, es decir, si yo hago un espacio que tiene una buena proporción y una buena iluminación puede valer para muchos usos. Creo más en ese tipo de flexibilidad, en la de los edificios decimonónicos, que pasan de hospitales a universidades y siguen funcionando. No tanto en los elementos móviles o a navajas suizas que se mueven para configurar el espacio, creo que eso es una invención que surge debido a la falta de espacio moderno.

Sobre los espacios tecnológicos, es verdad que la arquitectura tiene un desarrollo más lento que otro tipo de sectores en los que la tecnología se implanta de una manera mucho más rápida, al final el proceso arquitectónico es bastante lento y las tecnologías van apareciendo. Llevamos mucho tiempo con una arquitectura que no ha evolucionado demasiado, y quizás esta parte es algo a implantar y que seguramente mejorará mucho el uso de los espacios. Cuesta dinero, y a veces puede ser prescindible. Pero tiene que seguir mejorando la calidad de vida de las personas que al final es lo importante.

Y esto engloba también el último punto. Como no podía ser de otra manera, la buena arquitectura es un arte del espacio habitable o espacio well.

Sabrá que los entornos laborales, sobre todo los de oficinas, han dado un gran salto en lo que a diseño y arquitectura se refiere. ¿Cuál cree que es la tendencia de la arquitectura y el diseño en el ámbito de los edificios empresariales?

Ha habido un gran cambio en cuanto a estética. Las oficinas se han convertido en el logo espacial de una empresa y se han reinventado algunos conceptos de oficina (espacios más abiertos, salas para hablar por teléfono…). En el mundo empresarial me falta mucho todavía. Las grandes corporaciones sí entienden más este concepto nuevo de oficina, pero en el resto no hay tanta evolución. En cuanto a los parques empresariales y naves, creo que solamente están pensados desde el punto de vista ingenieril, de la eficiencia económica sin valorar otros aspectos. Quizás el tema del teletrabajo está haciendo que el entorno laboral reste poder como oficina fija, dejando un poco atrás el concepto de despacho que había antes. La tendencia va hacia un espacio en donde te juntas para reuniones, con todo mucho más flexible y móvil, y creo que este modelo más híbrido se ajusta mejor a la situación laboral actual.

“Creemos que es muy importante hacer arquitectura que se integre en un paisaje o en un entorno, que no moleste, que no haga ruido”

El sector Retail es otro de los sectores que necesita ‘enganchar’ a su público, atraerlo hacia los espacios físicos.¿Qué nos puede destacar del diseño de estos espacios en este nuevo contexto donde lo físico tiene que competir con el mundo online?

Los comercios siempre fueron la punta de lanza a nivel de diseño y decoración y la imagen siempre tuvo una gran importancia, y por eso el sector Retail siempre avanzó mucho en proponer cosas diferentes y destacables. A pesar del auge de las tiendas online, siempre habrá sitios a los que vamos a tener que ir, y lo que echo en falta es un poco de personalidad. Lo que me da rabia del diseño en el sector Retail son las modas, cuando antes se hacía un espacio para proyectar una marca fuera, ahora no existe esta proyección. ¿Se pone de moda que haya vegetación en los locales? Todos vamos a poner vegetación. Llega una crisis y hay que poner materiales baratos, vamos todos a poner palés. Esa herencia de la moda que tienen los locales comerciales me hace echar en falta más profundidad y de verdad. Mucha gente decora los locales con una tendencia que pasa enseguida, y que quiere sorprender pero una sorpresa no dura más de 3 o 4 segundos, todo lo demás puede ser mejorable: la acústica, la luz, las proporciones…

Como última reflexión, creo que hoy en día hay una tendencia a entender la arquitectura como objeto, como algo independiente. Nuestra forma de entender la arquitectura va más allá, contempla el lugar en el que está ese objeto, el entorno que le rodea. Creemos que es muy importante hacer arquitectura que se integre en un paisaje o en un entorno, que no moleste, que no haga ruido. Y aquí en Galicia, creemos que lo estamos consiguiendo.