La certificación española de edificios VERDE se afianza como una herramienta eficaz en España y en el resto de Europa para reducir los impactos de las edificaciones sobre el medio ambiente, la sociedad y la economía. Así, este refuerza su vínculo con Level(s), indicadores de referencia en la UE que abordan el comportamiento de los edificios durante su ciclo de vida. “Gracias a Level(s), los agentes del sector de la edificación disponen de una herramienta holística para medir y mejorar los criterios de sostenibilidad. Y ello desde la fase de diseño hasta el final de la vida útil de los edificios. Y al ser un lenguaje común, permiten comparar los resultados obtenidos en cada edificio”, explica Bruno Sauer, director general de Green Building Council España (GBCe).
Así, desde el 1 de julio, VERDE ofrece a los edificios certificados con su herramienta un informe de valoración sobre el cumplimiento de indicadores Level(s). Asimismo, plantea soluciones para satisfacer esos criterios europeos. “VERDE y DGNB son las dos primeras herramientas de certificación de la sostenibilidad de la edificación en España alineadas con Level(s). Esto resulta muy importante porque este marco europeo es la base del marco legislativo de los Fondos Next Generation, de la nueva compra pública ecológica o de la taxonomía de la Unión Europea”, afirma Sauer.
Certificación VERDE, un aliado fundamental
La certificación de sostenibilidad VERDE se ha convertido en un aliado fundamental para el sector de la edificación en su transición hacia la sostenibilidad. En la actualidad, los edificios representan en Europa alrededor del 40% del gasto energético y el 36% de las emisiones de CO2. En este contexto, el sector está progresando a través de una serie de transformaciones políticas, económicas y sociales. El objetivo es claro: conseguir limitar el calentamiento global a menos de 1,5 º C. Para ello, las emisiones globales deben reducirse a la mitad para 2030 y alcanzar la neutralidad total para 2050.
Pero este desafío solo será posible si se optimiza al máximo la sostenibilidad de los edificios en todo su ciclo de vida. Para lograr este reto, el sector debe evaluar y mejorar el comportamiento social, medioambiental y económico de las edificaciones. Y ello, desde su adaptación al entorno y la demanda de recursos junto con su fase de uso, hasta la gestión del final de la vida útil de sus componentes.
Es en este punto donde entra en juego la herramienta de certificación VERDE. Esta muestra si los edificios que evalúa están alineados con la taxonomía de la Unión Europea. Esta clasificación permite determinar si una actividad económica se puede considerar sostenible. “Cumplir con estos requisitos supone la diferencia entre poder acceder o no a la financiación pública europea”, especifica Borja Izaola, experto del Área Técnica de GBCe y coordinador del proyecto europeo LIFE Level(s).
Asimismo, la certificación VERDE genera un informe en el que explica si un proyecto ayuda a cumplir con doce de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de las Naciones Unidas. “VERDE ya estaba alineada con los ODS, pero ahora además muestra cómo se produce ese alineamiento en función de los resultados obtenidos en la evaluación”, resalta Yolanda del Rey, responsable de Certificaciones de GBCe.
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