La Inteligencia Artificial es una herramienta clave en el ámbito de la gestión de instalaciones, especialmente en contextos críticos como el apagón que dejó sin electricidad a España durante 10 horas. Aunque los cortes de suministro eléctrico pueden deberse a múltiples factores —desde fallos técnicos hasta sobrecargas en la red o eventos climáticos extremos—, la IA ofrece capacidades únicas para anticipar, mitigar y gestionar sus impactos.
Prevención IA y gestión IA: el antes y el después del apagón
En el caso de este apagón, una infraestructura de gestión inteligente podría haber desempeñado un papel crucial tanto en la prevención como en la respuesta. Mediante sistemas basados en IA, es posible analizar en tiempo real grandes volúmenes de datos procedentes de sensores, dispositivos IoT y registros históricos. Esto permite detectar patrones anómalos previos a fallos eléctricos, como picos de tensión o degradación en componentes críticos. Contando con estos instrumentos se puede activar protocolos de mantenimiento predictivo.
Desde el Facility Management, la IA puede coordinar de forma automatizada la respuesta ante una emergencia energética como el apagón del 28 de abril en España. Por ejemplo, puede optimizar el uso de generadores auxiliares, priorizar servicios esenciales, activar sistemas de eficiencia energética, o incluso redistribuir cargas en edificios inteligentes para minimizar el impacto del apagón. Además, permite una comunicación eficaz con usuarios y operarios a través de plataformas automatizadas.
A posteriori, la IA también facilita el análisis exhaustivo del suceso, identificando las causas y proponiendo estrategias de resiliencia a futuro. Integrada en plataformas de Smart Building o gestión integral de infraestructuras, la IA no solo responde a incidentes, sino que contribuye a construir entornos más seguros, sostenibles y adaptables. No se puede afirmar categóricamente que la IA hubiera evitado el apagón en España, pero es obvio que su aplicación en Facility Management mejora significativamente la capacidad de anticipación, respuesta y recuperación ante el evento.
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