En los últimos días, los incendios forestales en California han sido objeto de atención mediática no solo por su impacto devastador en vidas humanas y propiedades, sino también por el debate sobre cómo se organiza la gestión contra incendios en esta región de Estados Unidos. Según Javier Larrea Cuena, presidente de OPRA, algunas fuentes españolas presentan una visión errónea sobre el papel de los bomberos voluntarios en el control de estos desastres.
Un sistema robusto que combina profesionales y voluntarios
El Condado de Los Ángeles, una región comparable en tamaño y población a la Comunidad de Madrid, cuenta con una estructura de respuesta a incendios significativamente más potente, como explica Larrea. En Los Ángeles operan 9.000 bomberos profesionales y 2.500 voluntarios, mientras que en Madrid solo hay 3.000 bomberos profesionales y ningún voluntario. Esto no solo triplica la capacidad operativa de Los Ángeles, sino que también demuestra la importancia de integrar bomberos voluntarios para reforzar la acción en momentos críticos.
Larrea Cuena recalca que culpar al sistema basado en voluntarios de la lentitud en la respuesta es un error grave. “En Los Ángeles, los voluntarios representan un 55% adicional de la fuerza, lo que permite una mayor cobertura y tiempos de respuesta más rápidos”, afirma. Esta combinación de profesionales y voluntarios es posible gracias a la inversión en formación y equipamiento, características de las naciones más desarrolladas.
Diferencias operativas clave para un buena gestión de los incendios
Otro factor que marca la diferencia es la cantidad de horas anuales que un bombero está disponible. En Estados Unidos, los bomberos casi duplican las horas de servicio de sus homólogos españoles, lo que resulta en una mayor capacidad de respuesta diaria.
Además, el manejo de incendios en California enfrenta desafíos únicos, como los fuertes vientos y la topografía, que agravan la intensidad y propagación de las llamas. Este escenario exige no solo recursos humanos abundantes sino también tecnología avanzada y estrategias preventivas.
Aprendizajes para aplicar en España
La gestión contra incendios en California pone en evidencia las áreas en las que España podría mejorar. Entre las lecciones más destacadas se encuentran:
- Fortalecer la fuerza laboral: incorporar bomberos voluntarios podría ampliar la capacidad de respuesta en comunidades vulnerables.
- Aumentar las horas operativas: incrementar la disponibilidad de los bomberos podría marcar una diferencia significativa en la efectividad operativa.
- Inversión en prevención: priorizar recursos para mitigar riesgos, como la limpieza de zonas forestales y la monitorización de condiciones climáticas.
Los incendios forestales son una amenaza global que requiere soluciones integrales y adaptadas a las realidades locales. España tiene mucho que aprender del modelo californiano, donde la gestión contra incendios se basa en una sólida combinación de recursos humanos, tecnología y estrategias preventivas. Este enfoque no solo salva vidas, sino que también protege el medio ambiente y las propiedades de millones de ciudadanos.
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