El pasado 24 de febrero se celebró el encuentro «Arquitectura & FM: Del Build to Rent al Co-living», organizado por Roca y el Col·legi d’Arquitectes de Catalunya (COAC). Contó además con la colaboración de la Associació Catalana de Facility Management (ACFM).
El objetivo de la sesión se centraba en analizar las características y beneficios del co-living. Es modelo de convivencia se ha visto acelerado por el confinamiento que hemos sufrido reiteradas veces a causa de la pandemia. El encuentro contó con la participación de un grupo de expertos en los sectores de la arquitectura y el Facility Management, y fue transmitido en directo por el Instagram de Roca Barcelona Gallery (@rocabarcelonagallery).
La sesión fue moderada por Miquel Àngel Julià Hierro, arquitecto de concepto para marcas y coordinador del Grup de Treball Retail del COAC. En su intervención inicial, destacó el objetivo de la sesión de “poner en crisis las tipologías edificatorias y analizar los nuevos modelos de edificios y nuevas modalidades de vivir, propias de una sociedad gaseosa como la actual”. En este sentido, señaló que “el futuro ha llegado muchísimo antes de lo que esperábamos y los equipos de arquitectura ya diseñan pensando en estas nuevas tipologías de servicios y usuarios”.
Con relación a la aceleración de esta tendencia, Felip Neri, arquitecto representante de la ACFM y codirector del postgrado en Facility Management de la Escola SERT del COAC, reflexionó sobre el impacto de los meses de confinamiento en la percepción de los ciudadanos sobre sus viviendas actuales: “Hemos sido más conscientes del valor del paisaje urbano y de la importancia de las terrazas, la ventilación, el aislamiento acústico, la posición solar, etc. Todo ello ha acelerado tendencias que ya estaban en el horizonte, y una de ellas es la manera de vivir”.
Emma Bellosta, directora de Asset Management Catalunya en Stoneweg, constató la creciente apuesta de las promotoras por el build to rent y el desarrollo de un diseño de vivienda más adecuado a sus usuarios tipo (parejas, personas que viven solas o que apuestan por compartir piso): “Se construyen pisos de dos habitaciones, en lugar de las tres habitaciones habituales del build to sell, y en los que toman especial valor los servicios compartidos, tanto dentro de la misma vivienda (salón, cocina, etc.) como en el conjunto de la comunidad (consejería, paquetería, seguridad, espacios de co-working, gimnasio, solarium, piscina, huertos urbanos, etc.). Estos servicios crean sensación de pertenencia a la comunidad”. Por último, indicó que los servicios comunes permiten también el desarrollo de soluciones más sostenibles: “Las instalaciones centralizadas tienen mayor eficiencia energética al facilitar el control del consumo y su mantenimiento”.
Sobre los beneficios del co-living, Michael Erd, CEO en Enso Co-living, aseguró que da respuesta a la demanda actual de flexibilidad y accesibilidad, mediante soluciones más asequibles que el modelo tradicional de alquiler. “Vivimos en un mundo muy cambiante, con profesionales con mucha movilidad, que quizás necesiten una vivienda por únicamente un mes y no quieren renunciar a servicios de máximo confort (sauna, gimnasio, espacios de co-working etc.)”, indicó. En este sentido, incidió en la importancia de contar con sistemas de reserva fáciles, mediante apps o similares, para facilitar al máximo los trámites.
Javier Oloriz, director de Operaciones en Starcity Spain, insistió en las diferencias entre el alquiler de habitaciones y el co-living: “La consigna es muy clara: la creación de comunidad. La comunidad siempre será la clave del co-living. Si no existe interacción, nunca se conseguirán las dinámicas necesarias para la creación de un ecosistema de co-living”. Para fomentar este espíritu explicó que su compañía ofrece una app que promueve la comunicación e interacción entre los miembros de la comunidad.
Alexandra Ramió, socia y consultora de Happy Working LAB, insistió también en la relevancia de los flujos que se establecen en los espacios comunes, un aspecto en el que las consultorías especializadas asesoran a los arquitectos: “Los espacios comunes dependen del tipo de co-living (urbano, rural, hotel híbrido, verticales o con pisos distribuidos). Por ejemplo, es importante incluir espacios de descanso y que estén adecuadamente separados de los espacios de trabajo.”
Sobre la gestión de los espacios y servicios compartidos, Vanessa Sans, directora de HappyWorking LAB, destacó la importancia de la figura del Facility Manager: “El gestor debe ser capaz de transmitir la filosofía y los valores del espacio, y de fomentar un sentimiento de pertenencia para que la comunidad se identifique con la marca del co-living”. Entre los recursos para dinamizar a la comunidad destacó la importancia de actividades como desayunos compartidos, celebraciones de cumpleaños o campeonatos deportivos.
En la ronda final de intervenciones se apuntaron otras inquietudes vinculadas al co-living. Por ejemplo, Felip Neri se cuestionó si es un modelo que puede aplicarse a residencias de estudiantes o de personas mayores, o si puede resultar una salida al exceso actual de plazas hoteleras en temporada baja. Emma Bellosta comentó también la posibilidad de integrar locales comerciales en estos espacios. Como conclusión general, todos los participantes insistieron en que se trata de una solución de futuro inmediato, que llevará a una progresiva profesionalización del mercado del alquiler y que fomentará un modelo de convivencia más colaborativo.
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