Las recientes inundaciones en Valencia, causadas por la Depresión Aislada en Niveles Altos (DANA), han reavivado el debate sobre la construcción de viviendas en zonas inundables. Este fenómeno no es exclusivo de la Comunidad Valenciana; España en su conjunto enfrenta un desafío importante: la planificación y el desarrollo urbanístico en áreas con alto riesgo de inundación. Pero, ¿quién decide qué suelos se pueden urbanizar, y por qué se sigue construyendo en zonas donde antes pasaba el cauce de un río?
¿Qué son las zonas inundables y por qué se construye en ellas?
Las zonas inundables son áreas geográficas propensas a inundaciones debido a su proximidad a cuerpos de agua, como ríos y embalses, o por su baja altitud respecto al nivel del mar. La clasificación de un terreno como inundable se determina por estudios hidrológicos y mapas de riesgo elaborados por las autoridades competentes, que evalúan la recurrencia y el impacto potencial de las inundaciones.
Sin embargo, la expansión urbana en España, influenciada por el crecimiento económico y la demanda de suelo para construcción, ha llevado a que muchas edificaciones se levanten en terrenos de alto riesgo. Algunas de estas zonas eran antiguamente cauces naturales de ríos, que con el tiempo fueron canalizados o desviados para aprovechar el terreno. La construcción de viviendas en zonas inundables puede deberse a la falta de una normativa restrictiva en el pasado o a la presión urbanística ejercida por intereses económicos y la necesidad de vivienda.
¿Quién decide qué suelos se pueden construir?
La decisión sobre qué suelos son urbanizables en España recae principalmente en las administraciones autonómicas y municipales, en coordinación con organismos estatales encargados de la ordenación territorial y la gestión del agua, como la Confederación Hidrográfica. Estas entidades deben cumplir con directrices establecidas en los Planes Generales de Ordenación Urbana (PGOU), que tienen en cuenta factores como el riesgo de inundación, los mapas de peligrosidad y las características geográficas del terreno.
No obstante, en la práctica, las decisiones pueden verse influenciadas por otros factores. La existencia de normativas menos estrictas en décadas pasadas y las modificaciones de planes urbanísticos han facilitado la construcción en zonas de riesgo, con consecuencias potencialmente desastrosas cuando ocurren fenómenos climáticos extremos, como la DANA.
El caso de Valencia y la reciente DANA
La comunidad valenciana ha sido un claro ejemplo de cómo las construcciones en zonas inundables, conjugado con el cambio climático pueden desencadenar problemas graves. Numerosas personas que habían vivido anteriores situaciones han declarado la singularidad de este caso. Durante la reciente DANA, muchas viviendas y edificios ubicados en antiguos cauces de ríos o áreas propensas a inundaciones sufrieron daños significativos. Este tipo de evento destaca la necesidad urgente de reevaluar las políticas de planificación urbana y los permisos de construcción en territorios de riesgo.
Prevención y soluciones
Para evitar desastres futuros, es crucial fortalecer las normativas y aplicar medidas más estrictas en la planificación urbanística. Es necesario implementar y respetar mapas de peligrosidad actualizados, fomentar la construcción sostenible y, en algunos casos, reubicar edificaciones existentes en zonas de alto riesgo.
En conclusión, la construcción en zonas inundables en España, particularmente en lugares como la comunidad valenciana, es un tema complejo que involucra decisiones políticas, económicas y sociales. A medida que el cambio climático intensifica la frecuencia de fenómenos extremos como las DANAs, es fundamental reconsiderar estas prácticas y priorizar la seguridad y sostenibilidad en la planificación urbana.
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