Durante la crisis sanitaria se regularizó el modelo laboral del teletrabajo. Pero en pospandemia, un número creciente de empresas apuestan por el formato híbrido, que combina el trabajo presencial con el remoto. Dentro de esta nueva categoría de oficinas está el espacio de coworking.
Qué es un espacio de coworking
El coworking o cotrabajo es un espacio laboral compartido por profesionales de distintas procedencias (autónomos, empresarios, teletrabajadores y ejecutivos de pymes o startups). En nuestro planeta globalizado existen, según Statista, en torno a 35.000 espacios donde se practica esta modalidad profesional. Según las previsiones de este prestigioso portal de estadísticas, en el año 2024 habrá 42.000 oficinas de coworking repartidas por el mundo. Entre las ventajas que para los usuarios pueden destacan la adaptabilidad, la personalización, el abaratamiento de gastos y la posibilidad de ampliar contactos.
Cualidades específicas del coworking
- Reducción de gastos. Como cabe suponer, este modelo de trabajo resulta considerablemente más barato que alquilar o comprar una oficina.
- Adaptabilidad. Los espacios de coworking o cotrabajo disponen de una variedad de posibilidades que contemplan las circunstancias concretas de cada cliente, como las estancias breves, las salas de juntas para una reunión puntual y la utilización intermitente o periódica de los espacios.
- Interconexión profesional. La proximidad con personas que trabajan en ámbitos parecidos permite hacer un networking que potencia la difusión de ideas y de nuevas iniciativas.
Evolución de los formatos laborales
El hoffice nace cuando el coronavirus llegó a nuestras vidas y podría traducirse por ‘oficasa‘. Alude al teletrabajo en un entorno doméstico de estilo oficina. Este cambio radical del paradigma del lugar de trabajo ha ido evolucionando hacia formatos que hace apenas unos años podrían parecer futuristas o incluso propios de la ciencia-ficción. Dicho espacio favorece la conciliación familiar al permitir trabajar con sillas y muebles personalizados, que se ajustan a las necesidades de cada uno.
Con el nuevo modelo de trabajo, las compañías pretenden alejarse del concepto tradicional de oficina y dar rumbo hacia un estilo más dinámico y cómodo que potencie el bienestar y la productividad del empleado a través de la tecnología. Cámaras, salas de reunión virtuales o pizarras digitales son algunos de los ejemplos que podríamos ver en las oficinas próximamente.
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