«Inteligente» se ha convertido en tendencia. Desde los teléfonos móviles hasta los coches, pasando por las ciudades, los objetos inanimados parecen haber cobrado vida y pensar por su cuenta. Esta ‘inteligencia’ se ha adueñado de la gran mayoría de las industrias, y la construcción no iba a ser menos. Continúa leyendo para descubrir qué es un edificio inteligente y cuál es el que sobresale en todo el mundo.
En primer lugar, un edificio donde la inteligencia es la protagonista comprende todos aquellos materiales y tecnologías innovadoras que permiten que sus sistemas sean automatizados y autogestionados. De esta manera, se consigue una optimización de la eficiencia y un aumento de su seguridad, accesibilidad y sostenibilidad.
«The Edge»: el edificio más inteligente del mundo
The Edge ha sido reconocido como el edificio más inteligente del mundo, según Bloomberg, el portal especializado en tecnología. Situado en la capital holandesa, Ámsterdam, este inmueble reúne todos los requisitos para lucir el título.
Por un lado, The Edge cuenta con 28.000 sensores que reconocen el coche que cada empleado conduce, además de las reuniones o eventos que tendrán cada día, incluido el horario. No en vano este pequeño ejército de trabajadores dispone de una aplicación que les mantiene conectados desde que se despiertan.
En el interior, las mesas, ordenadores y salas no tienen nombres asignados. Todos y cada uno de los espacios de trabajo se reparten según el planning diario de cada empleado. Además, tanto la aplicación como los sensores se ajustan a la calidad, el tono de la luz y la temperatura que le gusta a cada trabajador, mejorando así la experiencia laboral de cada usuario de la compañía.
Por otro lado, The Edge se autogestiona con la electricidad que producen sus propios paneles solares, cosa que lo convierte en uno de los edificios más verdes, según ha reconocido el certificado internacional de construcción sostenible BREEAM.
El rascacielos más inteligente de España
El edificio más inteligente de España lo encontramos en Madrid. Recibe el nombre de Torre Europa y se caracteriza por ser una de las torres más emblemáticas de la capital. Fue a partir de 2015 cuando se inició el proceso de transformación hacia un modelo de edificio tecnológico y automatizado.
Las partes fundamentales del rascacielos se sitúan en su interior: 14 ascensores, 32 plantas de las cuales 29 están destinadas para oficinas y un centro de control. Este último recibe todos los avisos y controla la ocupación de cada planta y el ajuste de la calefacción o aire acondicionado. Además, se programa la limpieza y existe un control de todos los ascensores para que en caso de que haya un accidente se pueda actuar de inmediato.
Por otro lado, la iluminación se conecta a través de sensores y permite, por ejemplo, que las luces de los espacios de trabajo se apaguen cuando las personas los abandonan, lo que permite un gran ahorro de energía.
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