La crisis energética nos obliga a estar pendientes del consumo doméstico y tal vez haya quien piense que estos tiempos nuestros marcan un hito en la historia de la humanidad. Pero el Día Mundial de la Energía se estableció en 1949 ―es decir, hace más de setenta años― para impulsar el uso de fuentes alternativas y frenar el uso de las energías no renovables. Como motivo inicial de esta efeméride también figuraba el reto global que plantea el acceso universal a la energía.
14 de febrero: Día Mundial de la Energía
Con estos rotundos principios nace el Día Mundial de la Energía, que se celebra cada 14 de febrero para concienciar a la sociedad de la necesidad de suministro energético a la población global. Y también para apostar por el uso sostenible de la energía como única forma de asegurar un futuro para todos. En España el 80% de los ejecutivos empresariales aseguran que la transición energética y digital está teniendo un fuerte impacto en el modelo de negocio de su empresa. Y siete de cada diez sostienen que coincidir con los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) y la Agenda 2030 les influye significativamente a la hora de tomar de decisiones.
Cambio de modelo del mercado energético
El mercado de la energía atraviesa un cambio de paradigma hacia modelos productivos y de gestión más racionales, eficientes y sostenibles. Los Objetivos de Desarrollo Sostenible de Naciones Unidas, la neutralidad de carbono en 2050 y la volatilidad energética. No en vano la crisis energética presiona para apresurar los planes de acción vinculados a esta transformación. Además, está obligando a las compañías a reconvertirse y apostar por estrategias de negocio fuertemente condicionadas por parámetros de sostenibilidad, eficiencia energética y digitalización. En cuanto al Facility Management la eficiencia energética no es una opción: permite reconocer las inversiones necesarias para obtener beneficios, integrar el coste del ciclo de vida de los edificios e infraestructuras y aportar a la sostenibilidad.
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