La rehabilitación integral de una vivienda supone un ahorro medio en la factura energética de las familias del 60%. Así, de hecho, lo estima la asociación Green Building Council España (GBCe), quien lo justifica. “Con una inversión similar al precio de un coche, de entre 20.000 y 50.000 euros, amortizable en quince años y con ayudas que pueden llegar hasta los 18.800 euros, logras que una vivienda ineficiente energéticamente se transforme en otra muy poco consumidora o, incluso, que genere energía positiva”, afirma Emilio Miguel Mitre, experto de GBCe y coordinador del proyecto AÚNA.
En un escenario como el actual, servirse de energías renovables, como fotovoltaica o geotermia, es clave para no depender de la fluctuación de los precios. “La renovación integral de la vivienda es la manera de aumentar la autonomía energética de las familias en su hogar”, argumenta Mitre.
De este modo, si una vivienda está bien aislada, bastará con poner la calefacción a 18 grados para mantener el confort. Por el contrario, bajar la calefacción cuando una casa está mal aislada puede situar la temperatura en ocho grados. “La resiliencia energética viene dada por las horas anuales en las que los edificios están en confort sin tocar el aire acondicionado o la calefacción. De hecho, si estas fueran el 90%, tendríamos un país con una soberanía energética casi total», reflexiona Mitre.
La necesidad de la rehabilitación
Por otro lado, la asociación remarca el envejecimiento del parque de viviendas español. Eso hace que “más del 80% de los edificios y viviendas en España reciban una calificación energética E, F o G, lo que es sinónimo de ineficiencia”, explica Dolores Huerta, directora general de GBCe. Esto se debe a que más de la mitad de las edificaciones se construyeron antes de la entrada en vigor de la Norma Básica de la Edificación de 1979. Fue el primer intento por mejorar las envolventes de los edificios y hacerlos más eficientes en términos de demanda de energía. Esta circunstancia provoca que el 40% del consumo energético se deba a los edificios. Así lo recogen los datos del Instituto para la Diversificación y Ahorro de la Energía (IDAE) recogidos en el Informe País de GBCe.
No obstante, no fue hasta 2006 cuando se introdujo la primera normativa seria en materia de eficiencia energética con el Código Técnico de la Edificación. Esto significa que el 43,9% de las viviendas, que se levantaron entre 1980 y 2007, cuentan con algo de aislamiento. No obstante, están lejos de los niveles exigidos en la actualidad. “De los más de 4,5 millones de edificios que hay con Certificado de Eficiencia Energética (CEE) en España, apenas 13.000 cuentan con una letra A. Además, el sector de la edificación genera en España el 25,1% de las emisiones y el 30,1% del consumo de energía final”, resalta Huerta.
Las principales causas son la falta de aislamiento, la antigüedad de las carpinterías de puertas y ventanas y las calderas de carbón, gas o gasóleo. “El porcentaje de viviendas con necesidades de rehabilitación en España es muy alto. Y ello tanto para mejorar la calidad global del edificio como para mejorar su comportamiento energético”, afirma Huerta.
Punto de partida clave
Precisamente, para intentar paliar esta situación se creó AÚNA. Es un proyecto que propone impulsar en España un foro de debate permanente centrado en la financiación de edificios sostenibles. En este sentido, los días 21 y 22 de septiembre organiza su gran cumbre Todos AÚNA: el futuro de la edificación en juego. “Vivimos un momento muy complicado para la economía de las familias. Ahora no es sencillo dar el paso de realizar una inversión de cierta entidad como la que requiere una rehabilitación”, comenta Mitre.
No obstante, pese a las dificultades, las circunstancias para la rehabilitación en la actualidad son buenas, con un apoyo público muy elevado. Por ello, este encuentro del Foro AÚNA se presenta, a juicio de Mitre, como “el punto de partida para pasar a la acción”. Y concluye: “Es una oportunidad inmejorable para crear una masa crítica capaz de impulsar una tendencia en favor de la rehabilitación que continúe cuando la situación de mercado esté más normalizada”.
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