La confluencia entre tecnologías como el Internet of Things (IoT), los nuevos métodos de construcción, el cambio generacional de las plantillas y la tendencia a reinventar los espacios de trabajo y transformarlos en hubs de interacción de talento constituyen una excelente oportunidad para los propietarios de edificios, los constructores y los propios usuarios. Los líderes empresariales están cada vez más interesados en diseñar estrategias que transformen sus edificios en espacios inteligentes. Aquellos que lo consigan estarán en mejores condiciones de superar a sus competidores.
En pocos años, nuestro mundo se ha cubierto de ‘objetos inteligentes’. Una Smart City ya no es solamente un conjunto de infraestructuras conectadas mediante tecnologías de la información, sino que cumple con un objetivo social: mejorar la calidad de vida y el bienestar de sus ciudadanos.
La gestión inteligente de la energía
De la misma manera, los Smart Buildings, en su forma más básica, son estructuras conectadas digitalmente que optimizan edificios y operaciones para mejorar la experiencia del usuario, aumentar la productividad y mitigar los riesgos físicos y de ciberseguridad. Se trata de construcciones capaces de aumentar exponencialmente su eficiencia energética a través de la monitorización y el control centralizado del inmueble mediante procedimientos informáticos (Inmótica). De hecho, el edificio The Edge, en Ámsterdam, está considerado cómo el más inteligente del mundo por su gestión 100% informatizada.
Los líderes empresariales están cada vez más interesados en diseñar estrategias que transformen sus edificios en espacios inteligentes
Bajo este paradigma, la gestión y el uso de la energía es crucial para llevar a cabo la transición hacia un Smart Building. Se requerirán unos valores de consumo adecuados, la existencia de un sistema de control automatizado y un análisis del Big Data energético. Para conseguir ese fin, será necesaria la aplicación de placas fotovoltaicas, contadores eléctricos inteligentes que se adapten a nuestros hábitos de consumo, sistemas de climatización eficientes y la reutilización de la energía almacenada en los vehículos eléctricos para usos laterales.
Smart Buildings y Space-as-a-Service
Las últimas tendencias en Smart Buildings también son oportunidades para el FM. La digitalización de la experiencia en el lugar de trabajo demandará una visión más estratégica y colaborativa entre las empresas prestadoras de servicios y sus clientes. Nos encontramos en un mundo donde ‘tener’ es menos importante que ‘acceder’: en vez de comprar una serie en DVD o música en CD, accedemos a ella por medio de una plataforma online cuando nos es conveniente. Si donde quiera que uno mire, las personas están cambiando a servicios por demanda, ¿por qué el FM debería ser diferente? Una sala de reunión, el sector de manipulado de impresión o el comedor deben ser reimaginados como Space-as-a-Service – espacios que brindan amenities a las personas y los equipos que los utilizan en función de su demanda. Esto es lo que hacemos desde Optima con nuestro modelo Connected Workplace.
Para lograr ese nivel de productividad es necesario detectar tendencias, identificar ineficiencias y potenciar la operativa del lugar de trabajo. Por su naturaleza, las empresas de FM se encuentran en una posición ventajosa para recopilar esa información sobre y para sus clientes. Optima destina 6.000 empleados en más de 2.500 centros operativos de toda España, quienes realizan más de 100.000 interacciones diarias con usuarios. Estos números nos hablan de la magnitud de nuestras oportunidades.
La compañía de FM del futuro no se parecerá en nada a la empresa de FM tradicional
A través de sensores, sistemas de energía y algoritmos de análisis se produce información a tiempo real que permite una visibilidad total acerca de cómo opera una determinada organización y el costo total de su ocupación, suprimiendo costes ocultos. Ya no hay motivos para gastar un 25% más de energía de la necesaria ni implementar un servicio de limpieza que no se adecúe a la demanda, la necesidad o el propósito.
Desafíos de futuro
La compañía de FM del futuro no se parecerá en nada a la empresa de FM tradicional.
Las novedades tecnológicas mencionadas (y otras que están por llegar) nos ofrecen la posibilidad de desarrollar e integrar servicios que hasta ahora jamás habíamos concebido. Pensemos por ejemplo en Amazon y su servicio Prime: al agrupar una amplia gama de servicios, mantiene al cliente bajo un mismo ‘ecosistema’. En el caso del asistente del hogar Amazon Echo, no venden solamente un producto sino un servicio que puede atender múltiples necesidades realizando operaciones cruzadas dentro de un mismo ecosistema (música, apps, envíos de productos, etc.).
Echo aprende de sus usuarios, y la gran pregunta es si el FM aprenderá a implementar estas tecnologías para su beneficio antes de que éstas aprendan a realizar el FM por nosotros. Es evidente que también existen riesgos, por lo cual debemos actuar sin dejar de prestar atención a la velocidad de los acontecimientos y a la clave de nuestro negocio: las personas. Aquí es donde se requieren cambios culturales y operativos dentro de una industria que depende de su capital humano. No olvidemos que, como presagió Steve Jobs, una persona con un ordenador siempre será mejor que un ordenador por sí solo.