La Asociación de Empresas del Frío y sus Tecnologías (AEFYT) presenta el trinomio de la sostenibilidad en refrigeración. Con motivo del Día Mundial del Medio Ambiente, que se celebró el 5 de junio, la asociación ha seleccionado tres grandes desarrollos que contribuyen a una refrigeración sostenible. Nuevos métodos como los gases refrigerantes, las instalaciones avanzadas y las tecnologías disruptivas, que consiguen un ahorro de energía de hasta un 30%.
El sector del frío tiene un gran impacto en numerosos sectores productivos que necesitan de la refrigeración para funcionar y que agrupan aproximadamente el 40% del PIB total de la economía española. Entre otros, se encuentran el turismo, la hostelería y la industria alimentaria. Es por ello que se necesita del compromiso medioambiental de esta industria para conseguir ahorros que cumplan con los objetivos energéticos.
La importancia de actuar sobre los sistemas de refrigeración radica en que se calcula que aproximadamente el 2% de emisiones de CO2 en el mundo proviene de los sistemas de climatización y refrigeración. Se ha estimado que la MDI, liderada por la Asociación de Empresas del Frío y sus Tecnologías, podría evitar unas emisiones de unos 2 millones de toneladas de CO2 al año.
Los gases refrigerantes como sustitución de los gases fluorados
La sustitución de gases fluorados de alto potencial de calentamiento atmosférico se ha desarrollo a buen ritmo en los últimos años. Un objetivo que busca cumplir con el Reglamento 517/2014, del Parlamento Europeo y del Consejo sobre gases fluorados de efecto invernadero, conocido como la normativa F-Gas. En la actualidad, las alternativas de HFO, A2L (gases ligeramente inflamables) y refrigerantes naturales como el CO2, el NH3 (amoniaco), el aire y el agua son ya comunes en el mercado. La incorporación de estos permite alcanzar un alto potencial de enfriamiento.
El aspecto negativo en este punto es el mercado negro de gases refrigerantes de alto PCA, para lo que el sector no cesa de demandar soluciones a nivel nacional y comunitario. El problema es tan grave que, en el año 2018 se aportó a la atmosfera hasta 34 millones de toneladas equivalentes de CO2 de refrigerantes ilegales. Es decir, según estos datos del European Fluorocarbons Technical Committee (EFCTC), además del daño a la industria legal, el perjuicio al medioambiente provocado es enorme.
En busca del ahorro de energía
Las instalaciones de refrigeración han sufrido una importante transformación destinada a aportar la máxima capacidad de refrigeración con un funcionamiento energético mínimo. El incremento del uso de energías limpias será otro paso adelante en el objetivo de la eficiencia energética.
Asimismo, la inversión de las empresas del frío en formación de sus trabajadores en nuevas tecnologías, incrementa el conocimiento de la eficiencia y eficacia de las instalaciones. Junto a esto, la asunción de habilidades tecnológicas por parte del capital humano, son determinantes para conseguir una energía sostenible.
Tecnologías que acaban con los elevados costes energéticos
Algunos problemas están siendo solventados con la introducción de la tecnología en instalaciones. Por ejemplo, el control de datos y el control remoto de las instalaciones elimina las fugas de gases refrigerantes o desajustes en las temperaturas. Esto podría suponer la reducción del coste energético hasta llegar a un umbral de “cero pérdidas”.
Refrigenia 4.0, la Manifestación de Interés para los fondos de recuperación económica Next Generation que AEFYT ha liderado, propone una nueva dirección. El proyecto se dirige hacia la digitalización y eficiencia energética en instalaciones de refrigeración de la industria española de alimentación y bebidas. El objetivo de este proyecto es lograr una transición hacia la refrigeración sostenible y reducir emisiones en unos 2 millones de toneladas de CO2 al año.
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