Como hemos comentado en más de una ocasión desde AEM, el sector de mantenimiento de edificios se ha visto afectado, como todas las industrias, personas y organizaciones, por el estado de pandemia. Todavía se arrastraban los efectos de la anterior crisis y la reducción de presupuestos de mantenimiento hasta niveles que comprometían la calidad del servicio (y, por supuesto, no garantizaban el valor del activo al propietario del inmueble). Y cuando se empezaba a vislumbrar una cierta estabilidad y crecimiento, así como nuevas propuestas de valor en el ámbito tanto de la eficiencia energética como del mantenimiento en general, la crisis del COVID-19 nos ha sacudido a todos los implicados con efectos importantes y posiblemente permanentes.
Desde el primer momento de dicha crisis, se ha variado el objetivo en mantenimiento y eficiencia energética de edificios en diversos aspectos debido a:
- Aumento de la demanda de servicios de mantenimiento de alta calidad como consecuencia de la mayor exigencia de los usuarios.
- Reformas “in situ” de adaptación de las instalaciones existentes a modelos de mayor calidad y seguridad ambiental.
- Exigencia de mayor disponibilidad de infraestructuras críticas por parte de los usuarios y propietarios de los inmuebles.
- Presencia e intervención del jefe de mantenimiento de edificios (y/o Facility Manager) en las decisiones de dirección de las compañías para readaptación de las infraestructuras a los nuevos modelos de seguridad.
- Incremento de la demanda de los servicios de consultoría de mantenimiento de edificios por los motivos anteriormente expuestos.
- La eficiencia energética ha pasado a un segundo plano de importancia, ya que el aumento de los caudales de aire de ventilación, incremento de elementos de filtración, etc. ha provocado mayor consumo; pero no ha sido un elemento decisivo para su aplicación. Solo hay que darse cuenta de las numerosas ventanas abiertas que se observan en nuestros edificios (para mayor ventilación) con la instalación de climatización a pleno funcionamiento.
En general, el sector ha respondido al momento de crisis sanitaria con implicación, disponibilidad y aportando el máximo valor para la sociedad en general.
Nuevos desafíos y oportunidades en mantenimiento de edificios
En la actualidad, y a pesar de las muchas incertidumbres, la economía se activará paulatinamente debido a las mejoras en el ámbito sanitario y la correspondiente movilidad de las personas.
Los retos y desafíos que a nuestro entender deberá enfrontarse el sector son:
- La mejora de la experiencia del usuario.
- Dirigirse al mantenimiento predictivo.
- La seguridad del usuario como punto focal.
- Implementación de certificaciones de sostenibilidad tanto en edificios nuevos como existentes –eficiencia energética.
- Smart Building.
- Gemelo digital para mantenimiento y eficiencia energética.
- Mantenimiento y eficiencia energética “en casa”.
Todos ellos, transformados en oportunidades, presentan los siguientes aspectos:
Tanto para los edificios existentes, así como para el diseño y concepción de los nuevos, la experiencia del usuario y su seguridad han de ser factores decisivos en la conservación y mantenimiento. Esto es debido a que la mejora del confort del usuario, por ejemplo, ha de comportar mayor rendimiento y alineación con los objetivos de la organización. Para ello, los cambios serán significativos no solo en el modelo de contratación, sino en la aplicación de los servicios, valorado por indicadores de calidad sobre dichos criterios.
Como consecuencia del avance tecnológico en IoT, la reducción de los precios y la mejora en la fiabilidad y la ciberseguridad se empezará a transformar el modelo de mantenimiento preventivo al mantenimiento predictivo con optimización de los recursos y materiales empleados y mejora en las condiciones de confort.
La eficiencia energética en sí misma será función de los criterios de seguridad sanitaria (aumento de ventilación, por ejemplo); pero será un vector determinante para la progresiva implantación de metodologías de sostenibilidad, así como sus correspondiente certificaciones medioambientales tales como LEED, BREEAM, WELL…
En edificios existentes la herramienta o software de Facility Management ya se considera con un grado de implantación elevado; pero para los nuevos edificios diseñados en BIM mediante modelo de gemelo digital, permitirá la gestión del mantenimiento y de la eficiencia energética a la finalización de la construcción y posterior explotación.
La tecnología Smart Building será incorporada en los edificios para facilitar todos los aspectos anteriores y como punto de unión entre ellos
Por último, me gustaría destacar un nuevo concepto, el teletrabajo y, como tal, independientemente de la reglamentación existente o que pueda surgir, necesitará más actuaciones de mantenimiento en nuestras casas debido al mayor uso de nuestro mobiliario, redes, ordenadores; así como el control del gasto energético que se repercute en nuestra cuenta doméstica. Este caso todavía no ha sido suficientemente desarrollado, pero su impacto será también decisivo en el cambio social en el que estamos inmersos.