No es una novedad: en SIFU, desde nuestro nacimiento, hace más de una treintena de años, consideramos que la sostenibilidad, tanto social como medioambiental, es una de las claves de nuestra estrategia como organización socioeconómica.
No estamos hablando de un compromiso, sino de un modus operandi que se extiende de forma transversal a todas nuestras actividades, procesos y servicios, y que impregna cada servicio en los tres países —España, Francia y Andorra— en los que estamos presentes.
Tanto es así que en SIFU estamos inmersos en una estrategia sostenible global que dio comienzo el pasado año y que nos llevará a lograr unos objetivos ambiciosos de sostenibilidad y responsabilidad con la sociedad, que tanto nos aporta.
Lo que nos diferencia de este concepto de sostenibilidad, hoy por hoy por fortuna global y demandado por la sociedad, es que esta perspectiva nos permite alinear nuestros objetivos económicos con un compromiso ambiental y, sobre todo, de manera genuina, social. Queremos generar un impacto positivo y duradero en las comunidades en las que tenemos presencia.
Sostenibilidad social
Además de todos los aspectos de carácter medioambiental, SIFU ayuda a potenciar los valores de responsabilidad social de las empresas mediante el cumplimiento de sus objetivos en sostenibilidad ambiental, social y gubernamental (ESG).
Estos se han convertido en un aspecto fundamental tanto de la sociedad como del mundo de la empresa. Esta realidad va mucho más allá del mero cumplimiento de la normativa ambiental, laboral, etc., sino que supone una tendencia global que puede marcar en muchas ocasiones la decisión de elección o compra de un cliente o un usuario.
Además, en este campo de sostenibilidad social prima la especialización. SIFU es un centro especial de empleo de iniciativa social especializado en la prestación de servicios mediante la integración laboral de personas con discapacidad. Este modelo no solo refuerza su compromiso social, sino que también posiciona a la organización como un referente en el ámbito de la inclusión. Y esto abarca muchos campos.
No se trata de aportar criterios de sostenibilidad social para cumplir la normativa, sino que las empresas los hagan suyos y los apliquen en todos sus procesos.
Si desgranamos el concepto ESG, la ‘S’ de social queda reflejada en nuestro trabajo diario en aspectos como la consecución de un buen clima laboral en las empresas, mediante proyectos para salvaguardar la conciliación laboral, los derechos humanos, la igualdad, la diversidad y la inclusión…
Esto es posible con la creación de estructuras responsables, formación y fomento de la empleabilidad, creación e implantación de protocolos de acoso, evaluación de todo lo relacionado con la seguridad y la salud en el trabajo, trabajo en el entorno de la comunidad y la acción social… Y, finalmente, la evaluación de la satisfacción de los clientes y proveedores para constatar la eficacia de estas medidas sociales.
Abanti Social, nuestra división de trabajo temporal, más allá de solucionar necesidades laborales puntuales y específicas, facilita la integración de personas con discapacidad o en riesgo de exclusión social.
Esta no es una tarea fácil si se quiere hacer de forma estructural, sin caer en acciones meramente propagandísticas o para el simple cumplimiento de las distintas normativas. Es un trabajo global que va desde una completa consultoría y análisis de las necesidades de las empresas hasta la provisión de servicio y trabajadores de forma socialmente responsable.
Este es el caso, sin ir más lejos, de Abanti Social, nuestra división de trabajo temporal que, más allá de solucionar necesidades laborales puntuales y específicas, facilita la integración de personas con discapacidad o en riesgo de exclusión social, reforzando nuestra misión de fomentar la igualdad de oportunidades y la responsabilidad social.