Estamos embarcados en una era digital en la que los espacios físicos se están transformando para dar como resultado una generación de espacios inteligentes que, junto a los propios entornos digitales, permiten una mayor adaptabilidad a las necesidades de la sociedad de hoy en día. Ante unos retos y oportunidades de tal magnitud, ¿seremos capaces de gestionar esta transformación y sacar el mayor rendimiento posible, creando a su vez un valor real y tangible para los clientes directos y finales?
Si bien es cierto que cada vez los edificios cuentan con un mayor grado de inteligencia, tal circunstancia no se está aprovechando lo suficiente. El reto no es incluir tecnología, pues esto resulta relativamente sencillo. El desafío consiste en su integración y en la obtención del máximo rendimiento posible de la información que genera y ofrece un espacio. En resumen, hay que digitalizar para crear valor. Y es que el significado y la verdadera utilidad de la palabra ‘digital’ muchas veces se difumina o directamente se pierde, por lo que todo esfuerzo debe estar dirigido a cubrir las necesidades que surgen de estos nuevos espacios.
En nuestro caso, estamos convencidos de que encontrar y satisfacer las necesidades no cubiertas de nuestros clientes es la manera óptima de innovar. Igualmente, mejorando nosotros mismos cada día conoceremos y ayudaremos más a nuestros clientes. Con ello conseguimos no solo optimizar la experiencia de los usuarios, sino también incrementar la eficacia en su negocio. Existen muchos desafíos por afrontar en un proceso de transformación digital donde pueden aparecer nuevos modelos de negocio. Un buen ejemplo de cómo una empresa como la nuestra puede impulsar estos nuevos modelos es el Spaces as a Service (SaaS), un ámbito en el que podemos ofrecer soluciones ad-hoc.
Para construir la mejor solución en este sentido, tenemos que trabajar mano a mano con el cliente en el diseño de un servicio único basado en el análisis de sus riesgos y necesidades. En otras palabras, creamos su solución de seguridad digital. En ese camino de digitalización de espacios se genera un volumen importante de datos que nos puede ayudar a mejorar la eficiencia de nuestro espacio y, sobre todo, a tomar las decisiones adecuadas respecto al mismo y a otros aspectos relacionados.
Los servicios digitales han de complementar la transformación de las empresas teniendo en cuenta siempre sus particularidades. En ese sentido, hemos de trabajar junto a ellas para definir la distribución más apropiada de su red de seguridad apoyándonos en diferentes herramientas, entre las que destaca la utilidad del Building Information Modeling (BIM).
Un espacio bien digitalizado es un complejo ecosistema productor de datos listos para ser explotados. Por tanto, es de vital importancia trabajar en el tratamiento de los datos obtenidos y ser capaces de soportarlos, transformarlos y combinarlos para poder realizar una efectiva analítica posterior
Convertir esa información en conocimiento nos permite medir y facilitar la consecución de diversos objetivos como pueden ser la sostenibilidad, la eficiencia, la optimización de los servicios (por ejemplo, mejorando su distribución en espacio y tiempo) o la detección de riesgos asociados a actividades (seguridad, PRL, procesos productivos, etc.).
Dentro de nuestros espacios contamos con múltiples fuentes internas de datos (sistemas BMS, sistemas de seguridad, PCI, IoT, entre otros), pero también con otras externas disponibles en abierto. La correcta integración de ambas nos permitirá complementar nuestra información y afinar al máximo la toma de decisiones.
Dentro de esta revolución que supone la digitalización, hay que tener en cuenta que la transformación no solo afecta al ámbito tecnológico, sino que constituye uno de los procesos de cambio cultural más intensos y complejos que han afrontado las empresas en las últimas décadas.
Resulta de vital importancia promover una adecuada cultura del dato que sirva para formar a los empleados en la necesidad de no comprometer la integridad de la información con la que trabajan
En resumen, una digitalización entendida de manera integral, que aproveche y optimice el valor del dato y genere todo este conocimiento monitorizado, gestionado y automatizado es lo que nos permitirá cerrar con éxito el ciclo completo de la digitalización de los espacios.