En España uno de los grandes retos de la reducción de la jornada laboral para las pymes y los autónomos es el efecto sobre la productividad. El tejido empresarial de nuestro país lo forman las pymes y micropymes. Estas empresas dependen de la adaptabilidad de sus trabajadores para cumplir plazos con una calidad del trabajo garantizada.
Por lo que respecta a los costes operativos, las pymes podrían tener que pagar horas extras o contratar más empleados para asegurar los niveles previos, aumentando gastos y frenando la rentabilidad. Esta posibilidad acecha sobre todo en sectores como la hostelería, el comercio minorista o la construcción, con una mano de obra que acapara un alto porcentaje del coste total.
Reducción de la jornada laboral a 37,5 horas semanales
Como sabemos, Pedro Sánchez y la vicepresidenta segunda Yolanda Díaz han firmado hace un año un acuerdo para fijar la jornada laboral de 37,5 horas semanales, en vez de las 40 horas tradicionales. Alabada en sectores afines al gobierno, lo cierto es que la medida de la reducción de jornada tiene aspectos positivos y negativos para el sector empresarial.
Siendo previsible que la carga de trabajo no disminuya, faltaría tiempo para realizar las mismas tareas. Estos podrían ser los efectos del horario acortado: estrés laboral, negligencia, riesgos laborales y bajada de productividad.
La tecnología como posible solución
La incorporación de nuevas tecnologías aparece en el horizonte como solución para ayudar a mitigar estos desafíos. Con la automatización de determinadas funciones y la adopción de herramientas de gestión punteras, las pymes y los autónomos de nuestro país podrían adaptarse a la jornada reducida sin sacrificar productividad ni aumentar excesivamente sus presupuestos.
Desde esta perspectiva, la reducción de la jornada laboral es una ocasión para que las empresas españolas se tecnifiquen, asegurando su eficiencia y competitividad. Pero esto a su vez podría tener una incidencia en el mercado laboral nacional, al disminuir las cifras de empleados. No en vano uno de los grandes temores que plantea la era digital es la robotización del trabajo humano.
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