Puede que en tu lista de propósitos para este año hayas incorporado la meta de ser más productivo. Aprender a aprovechar el tiempo, tanto en el ámbito personal como en el laboral, es una manera de afrontar con éxito las rutinas de nuestro ajetreado día a día, pero no es sencillo. Las fórmulas mágicas no existen, pero podemos dar un impulso a nuestra productividad de otra manera: con «trabajo y ganas de cambiar», afirma Miguel Navarro, CEO y fundador de Productividad Feroz.
A la hora de convertir las palabras (es decir, nuestros propósitos) en acciones concretas, la planificación es nuestra aliada, ya que, desde el punto de vista del experto en productividad y hábitos, «lo que no se planifica no se hace». Además, lo mejor es trabajar con objetivos concretos y a corto plazo, para mantener nuestra motivación.
Aquí presentamos algunos consejos que te pueden ayudar a sacar el máximo partido a tu productividad.
Cómo fijar los objetivos semanales para ser más productivo
1. Establece rutinas que favorezcan la concentración
Lo primero que podemos hacer es organizar nuestro espacio de trabajo. Ordenarlo y añadir algún elemento que nos transmita calma nos ayudará a mantenernos centrados en lo que estamos haciendo.
Podemos incorporar una rutina de productividad para aumentar nuestra efectividad. Por ejemplo, empezar con las «tareas roca», que son las más complicadas o las que nos resultan más pesadas. Otra herramienta muy conocida es la técnica Pomodoro. Consiste en trabajar en intervalos de 25 minutos y establecer descansos de cinco minutos.
2. Di adiós a las distracciones
El móvil, los vídeos de YouTube, las redes sociales… Son muchas las distracciones que se pueden interponer en nuestro trabajo y dificultarnos el desarrollo de la jornada laboral, si aparecen repetidamente.
Por eso, lo mejor es marcar unos ratos de descanso a lo largo del día que nos permitan relajarnos. Trabajar largas horas sin hacer una pausa puede llegar a ser contraproducente y generar frustración.
3. Fomenta la mentalidad de crecimiento y la autodisciplina
La autodisciplina y la responsabilidad personal también se pueden cultivar. Algunas vías para hacerlo son practicar el pensamiento positivo, realizar ejercicio físico, crear rutinas por las mañanas o establecer recompensas para el momento en el que cumplamos nuestras metas a corto plazo.
4. Equilibra tu vida
Hacer balance entre el esfuerzo laboral y el ejercicio físico es un aspecto importante para sentirnos bien y mejorar la productividad. Si bien dedicar energía y pasión al trabajo nos acerca a nuestros objetivos y éxito profesional, «sin un contrapeso saludable, puede desgastarnos y nublarnos», subraya Navarro.
El ejercicio tiene ventajas como que libera endorfinas, mejora el flujo sanguíneo al cerebro y promueve la neurogénesis. El resultado es que pensamos con más claridad y somos más ágiles en la resolución de problemas. No hace falta ponerse objetivos exagerados: se puede empezar haciendo ejercicio un par de veces por semana, con la posibilidad de aumentar la frecuencia una vez nuestro cuerpo se haya acostumbrado.
5. Definir nuestros pasos día a día
Cuando hagamos la planificación semanal, podemos incluso concretar cuáles son los pasos que vamos a tomar cada uno de los días. Un día perfecto para hacer esta tarea es el domingo, cuando podemos pensar en la semana que está por delante y definir el esquema que iremos aplicando para resolver nuestras tareas.
Lo mismo se puede hacer, a menor escala, a final de cada jornada, pensando en lo que haremos al día siguiente y actualizando nuestra lista de trabajo con las nuevas tareas que hayan surgido.
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