Si pretendes reducir el importe de la factura de la luz, es indispensable analizar el consumo energético. Solo así descubrirás los principales impedimentos a la hora de mejorar la eficiencia energética de tu espacio de trabajo.
El consumo de energía es un factor protagonista en cualquier tramo de la jornada laboral, ya sea trabajando en formato presencial o teletrabajando desde cualquier otro lugar. No en vano estamos en la era de la digitalización global, acelerada con la pandemia. ¿Cuáles son los obstáculos que te impiden optimizar el gasto de electricidad? Aquí te los contamos.
1) Formato lumínico
Actualizar tus sistemas de iluminación te puede requerir un pequeño esfuerzo económico, pero se ve recompensado casi de inmediato. El uso de luces LED equivale a un ahorro de energía indiscutible en comparación con las bombillas convencionales. Estas son algo más caras, pero cada una dura lo mismo que tres de las tradicionales. Por otra parte, este nuevo formato es ecológico porque tiene un menor impacto ambiental.
La luz natural evita la fatiga visual, pero la iluminación artificial impide que los ojos acusen los cambios de intensidad lumínica durante el día. El bienestar de los empleados es la prioridad, ya que cuidar su salud incrementa su productividad y reduce el absentismo.
2) Estancias vacías o de uso intermitente
Si racionalizas el uso energético de la oficina por zonas, la adecuación de la iluminación y la climatización te permitirán ahorrar en el consumo de electricidad. Por ejemplo, no es necesario acondicionar la temperatura de las salas o habitaciones que no se utilizan. Y tampoco es preciso iluminar pasillos y cuartos de baño de manera continua, pudiendo instalar luces con sensor de movimiento.
3) Deficiencia arquitectónica estructural
Un modo frecuente de despilfarrar energía es por las ventanas y la fachada del edificio. Mediante la rehabilitación energética puedes actualizar el aislamiento del lugar de trabajo, amortizando la inversión en unos cinco años. Si tu espacio laboral tiene ventanas de doble cristal y aislamiento en la fachada, puedes reducir hasta un 30% el importe en aire acondicionado y calefacción.
4) Consumo invisible
En cuanto al uso de los equipos e instalaciones, el consumo invisible es el que tiene lugar cuando los dispositivos siguen enchufados. No solo se deben apagar al final del día o en fin de semana, sino que la desconexión debe ser total. Debes usar regletas con interruptor, incluso con temporizador o inteligentes. El objetivo es tener encendidos los equipos solo en horario laboral. Pero también podemos implementar otros cambios, como comprar equipos de menor consumo y desconectar las pantallas durante las interrupciones del trabajo.
5) Estilo de vida
Existen innumerables maneras de eliminar los impedimentos que te impiden mejorar tu eficiencia energética, incluso favoreciendo tu salud al mismo tiempo. Si te propones luchar contra el sedentarismo laboral relacionado con el uso del ordenador, este estilo de vida puede contribuir a mejorar simultáneamente tu bienestar físico y tu bolsillo. En este sentido, plantéate usar las escaleras en vez del ascensor o ir y volver de trabajo en transporte público en vez del coche.
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