En la actualidad, los avances tecnológicos han llegado para revolucionar la gestión de los edificios. No en vano la llegada del edificio inteligente conlleva la implantación de sistemas de gestión y automatización, obligatorios a partir de 2025 en los países europeos.
Tras conocer estos datos, te estarás preguntando en qué consisten estos recursos conocidos como sistemas integrados de gestión de edificios, qué ventajas conlleva su aplicación y cómo es posible que desde una sola interfaz se controle todo un edificio. A continuación, resolvemos todas tus dudas.
¿Qué significa Sistema Integrado de Gestión de Edificios (BMS)?
Un Sistema Integrado de Gestión de Edificios, también conocido como BMS (Building Management System), permite gestionar y controlar todos aquellos sistemas que se encuentren en el edificio de manera centralizada. Un solo aparato permite controlar las plazas de aparcamiento, la potencia de la luz, los accesos o la vigilancia, por nombrar solo algunas capacidades.
El BMS se convierte en el punto de control que optimiza todas las tareas y contribuye a facilitar la toma de decisiones y el análisis de datos e información.
¿Cómo funciona el BMS?
El Sistema Integrado de Gestión de Edificios es posible gracias a varios componentes que posibilitan su correcto funcionamiento:
- Puntos de recogida de información. A través de ellos se miden la luz, la temperatura, la humedad o el nivel de ocupación de un espacio, entre otros parámetros.
- Protocolo de comunicación. Entre los distintos componentes existe un contacto que posibilita conocer la información de cada uno y salvaguardar la seguridad.
- Interfaz. Muestra todos los datos y desde ella el gestor o facility manager pueden hacer cualquier cambio.
- Controladores. Reciben información y envían órdenes a todos los sistemas que se hallan conectados.
- Módulo de salida. Estos son los encargados de ejecutar dichas ordenes.
Las ventajas de tener un BMS en tu edificio
Contar con un BMS instalado en tu edificio no solo te ayuda a mejorar la gestión de este, sino que también aporta muchas otras ventajas:
- Reducir el consumo energético. Los sistemas de gestión consiguen disminuir un 30% el consumo de energía, por lo que se produce, continuadamente, un aumento de la sostenibilidad.
- Minimizar el impacto medioambiental. Tal y como hemos explicado antes, los edificios inteligentes son más sostenibles y eficientes energéticamente hablando. Asimismo, ante un imprevisto pueden reaccionar de una forma más agilizada.
- Controlar los costes. Los gastos en mantenimiento y consumo de suministros disminuyen debido a que se dispone de toda la información necesaria en un único instante.
- Alarga la vida útil de los activos. Gracias al sistema BMS, se puede detectar cuando un recurso está en uso o no, lo que permite detener su funcionamiento y evitar su anticipado desgaste.
- Mayor confort de los usuarios. No es desdeñable el hecho de que el control de la temperatura, la luz y la calidad del aire mejoran obviamente el bienestar de los ocupantes de los edificios.
Es decir, un BMS puede controlar la iluminación, los sistemas de energía, la climatización, la condición del aire interior, la iluminación, el agua, la detección de fuegos.
Utilidad del BMS para los propietarios y administradores
- Aumento de la rentabilidad.
- Información sobre los consumos de cada inquilino individual.
- Control central de la actividad del edificio.
- Monitoreo constante de los servicios (aire acondicionado, bombas de incendios, equipos hidráulicos, suministro energético, iluminación).
- Supervisión del cumplimiento de la normativa local o global.
- Notificaciones puntuales e informes históricos para toma de decisiones de la comunidad.
- Flexibilidad en el cambio de uso del edificio.
A partir del año 2025, contar con un Sistema Integrado de Gestión de Edificios comenzará a ser obligatorio en la Unión Europea. Pero los edificios que deberán ajustarse a esta premisa son aquellos que superen un potencial nominal a 290 kW.
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