¿Cuáles son los grandes retos del sector del FM en España para los próximos años? ¿Qué habría que transformar para alcanzarlos?
Para nosotros existen tres grandes retos: personas, tecnología y falta de dinamismo.
El primero de ellos tiene que ver con la falta de talento que estamos sufriendo en el sector. Esto está provocando una inflación de salarios muy importante que no necesariamente conlleva un aumento en la formación de la fuerza laboral. La implicación de empresas proveedoras, clientes finales, fuerza laboral e instituciones académicas es fundamental. Esto es algo estructural a trabajar desde la base y cuyas consecuencias no veremos hasta pasados unos años.
En segundo lugar, la tecnología como facilitador de la productividad. El uso de la tecnología en este sector es de momento escaso. Sí que es cierto que ha habido grandes avances, pero desgraciadamente solo observamos un mayor uso de ésta en grandes corporaciones o de la mano de grandes proveedores. El resto del mercado, es decir, la inmensa mayoría del sector, aún sigue muy por detrás.
Por último, diría que es la falta de dinamismo en el sector. Seguimos viendo procesos de externalización ya sean de primera o sucesivas generaciones mal entendidos y aplicados. Seguimos encontrando verdaderos contrasentidos, como los contratos de medios versus los de servicio, body shopping o contratos de duración de un solo año. Todo esto lastra la dinamización del sector y, por tanto, la inversión en las personas y tecnología.
En su empresa, ¿cuáles son las prioridades del FM para anticiparse a los efectos estructurales de la crisis y prepararse para los nuevos escenarios?
Cada uno de los puntos anteriores mencionados: personas, tecnología y la externalización bien entendida están desarrollados en nuestra estrategia como compañía.
La formación es uno de los grandes pilares de atracción de CBRE, tanto interna como externa. En los últimos meses hemos desarrollado una política de convenios que abarca desde centros de Formación Profesional, pasando por universidades y escuelas de negocio. Todo ello con el objetivo de formar una verdadera cantera de talento que pueda hacer carrera en CBRE.
En cuanto a la tecnología, en CBRE hemos sido capaces de implantar y operar en las instalaciones de nuestros clientes tecnología de terceros de muy diversa índole y naturaleza. Al mismo tiempo, hemos sabido desarrollar y patentar nuestros propios productos tecnológicos. Esta tecnología es fundamental para que nuestros clientes ganen eficiencia tanto en lo económico como en lo energético, con el propósito de ayudarles a alcanzar sus objetivos financieros, así como de ESG.
Por último, en CBRE ayudamos a nuestros clientes a poner los fundamentos de una externalización con un foco en el win-win: todas las partes salen beneficiadas: accionistas, empleados, proveedores y comunidad. En definitiva, ayudamos a nuestros clientes a pilotar e implantar proyectos de externalización exitosos a largo plazo.
¿Qué es esencial para concienciar acerca del impacto positivo del FM en el crecimiento y desarrollo de las organizaciones?
Lo más acuciante actualmente es conseguir que las empresas comprendan lo importante que es delegar el mantenimiento técnico y el FM de sus espacios en equipos profesionalizados para centrarse en su actividad principal. El FM puede llegar a representar hasta un 30% de la cuenta de resultados de una empresa, por lo que, confiar ese porcentaje a una compañía experta en ello es clave para obtener resultados en materia de ahorro de costes y de talento humano.
En cuanto a ese ahorro de costes, la externalización de los servicios permite cuidar y alargar la vida útil de las instalaciones y los equipos que comprenden un espacio de trabajo, lo que supone una gran reducción de imprevistos, incidencias y, por lo tanto, evita desembolsos económicos innecesarios.
Por otro lado, es fundamental poner de manifiesto la relación entre el cuidado de los espacios de trabajo y la retención del talento y la mejora del bienestar de los empleados. Nuestra experiencia nos ha demostrado que es imprescindible convertir el lugar de trabajo en un entorno seguro y capaz de atender cualquier realidad, como ocurrió durante la pandemia y el teletrabajo. De esta forma, se impactará en la productividad de los trabajadores y su satisfacción durante su jornada laboral.