Javier Bosque, director de Proyectos en Grupo SIFU
Javier Bosque Director de Proyectos Grupo SIFU

Espacios inteligentes para una vida mejor

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El término smart ha llegado para quedarse. Este anglicismo —inteligente—engloba un sinfín de posibilidades en lo que a la gestión integral de espacios exteriores e interiores se refiere y, por extensión, de todo lo relacionado con el Facility Management. En una auténtica matrioska digital, en un hipotético modelo Smart, las ciudades inteligentes engloban barrios inteligentes, que a su vez están formados por edificios inteligentes y, finalmente, estos no son más que un conjunto de viviendas y locales inteligentes.

Lo que sí hay que diferenciar es si el espacio donde actúa el usuario es una vivienda, en la que se aplica las técnicas y dispositivos relacionados con la domótica, o un local de uso comercial o laboral, en donde prima la inmótica. Pero las preguntas realmente importantes son: ¿cómo afecta al usuario todo este universo? ¿Cómo las organizaciones, como Grupo SIFU, pueden dar respuesta satisfactoria a las personas que habitan o trabajan en estos espacios?

Una muestra clara del potencial del uso y gestión eficiente —inteligente— de la información y los datos son los denominados smart buildings, los edificios inteligentes. Las posibilidades son enormes, puesto que, tras su programación, basada en la gestión de los datos recabados, se gestiona de forma eficaz sistemas como el de la climatización —de forma global, por plantas, pos unidades habitacionales, por estancias…, tanto en lo que respecta a la calefacción como al aire acondicionado, entre otros.

La iluminación —no se trata de usar los mejores sistemas, sino también de utilizarlos de la manera más eficaz y rentable posible evitando el despilfarro—; el agua y los servicios sanitarios —un gasto necesario, pero siempre optimizable—; la seguridad y control —uso de dispositivos de alarma, cámaras, etc.—, así como otros relacionados con aspectos esenciales del día a día, como las redes de comunicaciones —teléfono, fibra, wifi…—, áreas comunes, control de acceso, recepción y distribución de mercancías, entre muchas otras.

Ahora bien, como cada vez queda más claro, de nada sirve evolucionar en la captación de datos si esta recolección no viene acompañada de una eficaz gestión. Gracias a tecnologías como el Big Data, el Blockchain o el IoT, hoy por hoy se puede saber más cosas que nunca de nuestro usuario o cliente con el rastro de datos que deja su día a día. Estos, tratados con el necesario trasfondo ético, son fundamentales para garantizar confortabilidad y eficacia. Y no siempre se hace.

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Soluciones para espacios inteligentes

Una vez efectuada la recolección de datos y su posterior análisis, el usuario tiene a su disposición un enorme abanico de soluciones inteligentes que redundan, si se aplican correctamente, en una mejora de sus condiciones de vida y de su nivel de confort, en el caso de la vivienda, a lo que suman aspectos como la productividad y la mejora de las condiciones de trabajo en los locales de oficinas, industria y comerciales. Estas soluciones son arquitectónicas, medioambientales, económicas y de carácter tecnológico. Por ejemplo, las relacionadas con el apartado arquitectónico hacen referencia a un aspecto fundamental para garantizar unas buenas condiciones:  la ergonomía. Esta se basa en la eficiencia para garantizar el confort del usuario, dotando a su vez de una gran funcionalidad al edificio.

Por otra parte, las soluciones económicas se refieren al ahorro, a la eficiencia en el consumo —agua, electricidad, gas, etc.—, que a su vez redunda en una eficiencia en el mantenimiento. Por su parte, conforme a uno de los aspectos fundamentales de nuestra era, la sostenibilidad, las soluciones ambientales se centran en el ahorro de energía, evitando el despilfarro de un bien cada vez más preciado, pero también del diseño de zonas verdes, de dispositivos de reciclaje de residuos, de reutilización, etc.

Pero, sobre todo, un edificio inteligente se basa en una tecnología inteligente, en constante evolución para garantizar eficacia, eficiencia y confortabilidad para el usuario, que cada vez conoce y valora más el mundo tech. Lo ideal es contar con un “BMS” que establece un control centralizado y una plataforma de seguimiento única, lo que facilita manejar en todo momento las distintas variables. Además, destacan por su automatización, que permite optimizar los tiempos y los procedimientos, y por la cada vez más avanzada recolección de datos, que a su vez revierte en un mejor control de todos los procesos y una mayor adaptación a las necesidades energéticas, tecnológicas y, por supuesto, humanas.

Porque precisamente ese bienestar de la persona debe ser el leitmotiv de cada actuación, ya que, si no, estaremos ante una tecnología sin alma, una fría interpretación de datos. Grupo SIFU apuesta por ese bienestar, esa responsabilidad, y lo hace en campos fundamentales como el mantenimiento, la limpieza, los servicios generales, la movilidad…, en definitiva, por un «Human Smart Facility Management» que contribuya al progreso y las buenas condiciones de las personas en general y de aquellas con mayores dificultades en particular. Esto es, sin duda, lo más inteligente.

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